Redacción/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA
En el Ángelus de la fiesta del Bautismo de Jesús, Francisco reflexionó sobre el significado del sacramento: la conciencia de ser hijos amados. A continuación, invitó a recordar la fecha del proprio bautismo, celebrándolo como el día en que “hemos renacido a la vida nueva”.
Vatican News
“La fiesta del Bautismo de Jesús, que hoy celebramos, cierra el tiempo de Navidad con la manifestación del Señor en el río Jordán”. Con estas palabras el Papa Francisco inició su alocución previa a la oración del Ángelus de hoy, 12 de enero, ante los fieles congregados en la plaza de San Pedro.
Inspirándose en el Evangelio de Lucas, invitó a los cristianos a detenerse en los dos elementos destacados en la lectura: el rostro y la voz de Dios revelados en el río Jordán.
Con el alma desnuda y los pies desnudos
“En el fondo de la escena evangélica está el pueblo en espera, precisó el Papa, del que emerge la figura de Jesús que se une a ellos para recibir el bautismo” de manos de Juan. Francisco citó a continuación las palabras de un himno de la liturgia que transmite la “actitud de humildad” con la cual la gente iba para que Juan les bautizara: “con el alma desnuda y los pies desnudos”.
La voz del Padre
Cuando también Jesús recibe el bautismo – añadió – tiene lugar la Epifanía de Dios que no solo revela su rostro en el Hijo, sino que también hace sentir su voz que dice: ‘Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección’.
El Santo Padre instó entonces a los fieles a reflexionar sobre la decisión de Dios de revelarse a través de Jesús, estableciendo un lugar privilegiado para entrar en diálogo y en comunión con la humanidad.
“Es en el rostro del Hijo amado que nosotros conocemos quién es Dios verdaderamente; y es en el rostro del Hijo amado que podemos entrever también nuestros elementos esenciales, descubrirnos también nosotros hijos del Padre y reconocer su presencia en las hermanas y en los hermanos.”
Recordemos que Dios nos ama como hijos
El Obispo de Roma indicó a continuación que, durante el bautismo de Jesús, el Padre hace escuchar su voz diciendo: «Tú eres mi Hijo muy querido»
“Este es otro signo que acompaña la revelación de Jesús en el momento del bautismo. Dios, a través de su Palabra, nos indica la esencia de su naturaleza: el amor. Dios es amor, Dios nos ama a todos como hijos, ¡recordémoslo! Quien acoge este amor «permanece en Dios y Dios en él» se convierte en hijo como Jesús”
El Bautismo, un día para grabar en el corazón
“La fiesta de hoy, afirmó el Papa, nos hace contemplar el rostro y la voz de Dios, que se manifiestan en la humanidad de Jesús”. De aquí su invitación a preguntarnos: ¿nos sentimos amados y acompañados por Dios o pensamos que esté distante de nosotros? ¿Somos capaces de reconocer su rostro en Jesús y en los hermanos? ¿Escuchamos su voz? Y ¿nos acordamos de la fecha de nuestro bautismo? “Es un día importante, para grabar en nuestro corazón: es el día en el que hemos renacido a la vida nueva”, señaló.
“Encomendémonos a la Virgen María”, concluyó, para “saber vivir como hijos amados”.
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