«Sentía en lo más profundo de mi ser que mi vocación era ser sacerdote, para entregar mi vida al servicio de Dios y para la salvación de las almas».
“Ha sido una verdadera obra de Dios”. Con esta frase, Nataniel de Jesús Lourenço Diogo explica su historia de fe: de crecer en un entorno protestante a abrazar la fe católica y descubrir su llamado al sacerdocio.
Nataniel nació en Luanda, capital de Angola, el 7 de abril del año 2000, y es el segundo de cinco hermanos. A pesar de crecer lejos de la fe católica, Dios supo llamarlo y ayudarlo a encontrar su vocación.
Ahora, como seminarista de la diócesis de Luanda, dio una entrevista a la Fundación CARF, donde cuenta más sobre su historia de fe.
Crecer en un entorno no católico
Nataniel creció en un hogar donde la fe estaba presente, pero no exactamente católica. Su padre, militar, pertenecía a la religión kimbanguista, mientras que su madre, Isabel, fue bautizada en la Iglesia Católica, pero se había convertido al protestantismo.
“[La iglesia kimbanguista] es una corriente religiosa africana originaria de Angola, fundada en 1921 por Simão Toco, conocido como el profeta Kimbangu. Esta fe combina elementos del cristianismo, especialmente del protestantismo, con prácticas y creencias tradicionales africanas”, indica la fundación CARF.
En el año 2012, la vida familiar de Nataniel dio un giro radical cuando su madre decidió regresar a la Iglesia Católica.
“Nos dio la orden de que ya no asistiríamos a ninguna otra iglesia, y comenzamos a ir a la iglesia católica cada domingo”.
El regreso a la Iglesia Católica
El cambio fue difícil para Nataniel, quien estaba acostumbrado a la escuela dominical de la iglesia protestante, donde su motivación era ganar los concursos sobre la Biblia que se organizaban. Sin embargo, no tenía más opción que acompañar a su madre a Misa.
Poco a poco, al asistir a catequesis, comenzó a profundizar en las enseñanzas de la Iglesia y a estudiar la Biblia con más seriedad. En 2015, se unió al grupo de acólitos de su parroquia y recibió el bautismo.
“Podemos perder fama, juventud, dinero, pero lo único que verdaderamente no se puede perder es a Cristo”, afirma.
Su llamado al sacerdocio
Al iniciar la escuela secundaria, la idea de ser sacerdote se empezó a formar en el corazón de Nataniel.
“Ver al párroco desempeñar su ministerio me motivaba a seguir sus pasos. Sentía en lo más profundo de mi ser que mi vocación era ser sacerdote, para entregar mi vida al servicio de Dios y para la salvación de las almas. Quería ser un instrumento de Dios en medio de su pueblo”.
En 2017, tomó la decisión de entrar en el seminario, sorprendiendo a su familia. Pese a haber recibido becas para estudiar ingeniería informática en Londres y Estados Unidos, Nataniel optó por seguir su vocación.
“Fue un momento difícil, especialmente para mi madre. No entendía por qué quería dar ese paso tan radical en mi vida. Para ella, que su único hijo varón tomara este camino era duro de entender”.
Con el tiempo, sus padres, que ya habían retornado plenamente a la fe católica, aceptaron su decisión, y el 25 de febrero de 2018, Nataniel ingresó al seminario.
“Fue un momento de gran alegría y de gratitud hacía Dios por haberme permitido seguir el camino que sentía que Él había preparado para mí”.
Nataniel ve ahora como su llamado al sacerdocio se confirma en cada momento y agradece a sus padres por su comprensión y apoyo.
“Mi vocación nació en un contexto familiar diverso, ha sido una verdadera obra de Dios. Mi deseo es seguir adelante, con fe y con esperanza, dedicando mi vida al servicio de Dios y de su pueblo”.
Además, agradece a la Fundación CARF por darle la oportunidad de continuar sus estudios en Roma, donde está cursando el tercer año de Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
“Gracias a su apoyo puedo comprometerme en la misión de la Santa Madre Iglesia de llevar el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo a todas las naciones”.
Campaña «Añade un plato a tu mesa»
La Fundación CARF ha lanzado la campaña “Uno más por Navidad, añade un plato a tu mesa”, que busca apoyar a seminaristas, como Nataniel, y a sacerdotes diocesanos de todo el mundo que dedican su vida al servicio de la Iglesia.
Para participar de esta iniciativa solo debes:
- Rezar por ellos después de bendecir la mesa, esta Navidad y todos los días.
- Compartir este gesto en las redes sociales, inspirando a otros a sumarse.
- Hacer una donación especial de Navidad.
Puedes conocer más de la campaña y colaborar haciendo clic AQUÍ.