En la audiencia general de esta mañana, celebrada ante un número reducido de fieles en el Patio de San Dámaso, el Santo Padre prosiguió con su catequesis sobre la oración que centró en “la certeza de ser escuchados”. Al referirse a “la lección del Padrenuestro”, el Papa dijo que lo contrario “sería una suerte de magia que busca satisfacer los propios deseos e intereses sin verificar si son o no conformes al proyecto de Dios”

Vatican News

El Papa Francisco reanudó esta mañana la tradicional audiencia general de los miércoles, también en esta ocasión en el Patio de San Dámaso de la Ciudad del Vaticano, donde se congregó un número reducido de fieles y peregrinos de diversas nacionalidades para escuchar sus enseñanzas. En su 35ª catequesis sobre la oración, centrada en “la certeza de ser escuchados” el Santo Padre explicó que “Jesús nos llama a crecer en la fe, de modo que sea esta virtud la que guíe nuestra oración y todos nuestros deseos tengan como fin la mayor gloria de Dios”. 

La audiencia comenzó con la lectura del Evangelio según San Marcos (Mc 5, 22-24.35-36), que relata la intervención del Señor en favor del jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, quien suplicó la curación de su hija que, sin embargo, había fallecido y a la que Jesús despertó del sueño de la muerte, tras haberle dicho que no temiera, sino que tuviera fe. Este pasaje evangélico le dio la oportunidad al Papa de reflexionar sobre una dificultad que supone para muchos una verdadera piedra de tropiezo en su vida espiritual:

“¿Es verdad que Dios me escucha? Y si lo hace, ¿por qué no obtengo lo que pido?”

Nuestra mirada sobre las cosas es limitada

“Dos respuestas – dijo Francisco – se pueden dar a esta cuestión, la primera y más obvia es que nuestra mirada sobre las cosas es limitada y en la oración deberíamos intentar escuchar su voz y conformarnos a su designio de amor”. Y explicó que ésta es “la lección del Padrenuestro que en sus tres primeras peticiones nos llama a ponernos de parte de Dios: para que se haga su voluntad, venga su reino y sea santificado su nombre”.

“Mientras lo contrario `sería una suerte de magia que busca satisfacer los propios deseos e intereses sin verificar si son o no conformes al proyecto de Dios’”

Dios no siempre responde como esperamos

En cuanto a la segunda respuesta, el Papa dijo que es la más delicada, puesto que muchas personas rezan de forma humilde y piden cosas buenas, pero “Dios no siempre responde en la forma que esperamos”. Por esta razón conviene fijarnos en la lección que nos da el Evangelio:

“Jesús recibe muchas peticiones de multitud de fieles que se acercan a Él, a veces la respuesta es inmediata”

El Señor nos llama a la perseverancia

Sin embargo, en otras ocasiones – afirmó el Papa – “el Señor nos llama a la perseverancia, como a la mujer cananea que pedía por su hija, o a embarcarnos en un viaje de fe”. Y en el caso de Jairo, el jefe de la sinagoga, “primero siente que Jesús se detiene para atender otra petición, después recibe la noticia de que ya no hay esperanza”. De ahí que Francisco haya recordado que: “En todas estas situaciones Jesús nos llama a crecer en la fe, de modo que sea esta virtud la que guíe nuestra oración y todos nuestros deseos tengan como fin la mayor gloria de Dios”.

Saludos del Papa

Como es costumbre, después de saludar a los fieles en diversas lenguas y antes de rezar el Padrenuestro en latín, el Santo Padre impartió a todos su bendición apostólica, bendijo los rosarios que los peregrinos llevaban consigo y se detuvo unos minutos con todos ellos con muestras de cariño antes de regresar a sus actividades.

“Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a dejarse guiar por el Espíritu que clama en nuestro interior ‘Abba, Padre’. Pidamos crecer en la fe, la esperanza y la caridad, para en todo y por todo buscar la gloria de Dios y la salvación de los hombres. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”

Al saludar a los fieles de lengua portuguesa el Santo Padre los animó a vivir siempre bajo la mirada de nuestra Madre del Cielo. “Ella – les dijo – consuela a todos los que están en la prueba y mantiene abierto el horizonte de la esperanza”. A los peregrinos francófonos Francisco les sugirió que, tras haber celebrado la fiesta de Pentecostés, deben dejar que el Espíritu Santo actúe y suscite la oración que conviene dirigir al Padre para “entrar generosamente en su voluntad”.

Al dar su cordial bienvenida a los peregrinos de habla alemana, el Papa les recordó que María, Madre de la Iglesia, “es el ejemplo luminoso de la oración perseverante que el Espíritu Santo inspira a los fieles”, por lo que manifestó su deseo de que Ella les obtenga “la gracia de no cesar nunca en la oración y en la acción de gracias”.

El Padre siempre nos escucha

A los fieles de lengua árabe el Papa también les recordó la celebración del domingo pasado de la fiesta de Pentecostés en la que Jesús envió el Espíritu Santo sobre nosotros, el Paráclito que fortalece nuestra fe y sostiene nuestra oración. Y los invitó a repetir la oración que el Señor nos enseñó: «Hágase tu voluntad» y no la nuestra.

Mientras a los fieles de habla inglesa el Santo Padre les dijo: “en este mes de mayo, unidos a la Virgen, crezcamos en la certeza de que nuestro Padre Celestial siempre nos escucha en nuestras oraciones”.   

Memoria de San Felipe Neri

Al saludar cordialmente a los peregrinos italianos Francisco recordó que Hoy se celebra la memoria litúrgica de San Felipe Neri, comúnmente llamado el «santo de la alegría». Por eso les deseó que “la alegría tranquilizadora, don del Señor, los acompañe y enriquezca el camino de cada uno de ellos.

Por último, el pensamiento del Santo Padre se dirigió a los ancianos, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, a quienes exhortó “a cultivar la oración, porque es el único modo de alimentar la fe, en cuya luz todo puede ser comprendido y acogido”.

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