Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– La corona de Adviento y el encendido de la primera vela, nos ayuda a prepararnos muy bien para recibir a Nuestro Señor Jesucristo, el día de la Navidad, explicó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad en Cancún.
Un recorrido de esperanza que inicia este 1º de diciembre como un tiempo de amor y preparación a la llegada del Hijo de Dios.
Continuó que el Evangelio de este Primer Domingo de Adviento, es del género apocalíptico, quizá un poco complicado de entender, pero tiene un significado muy profundo. Detalló que el final de los tiempos, como en el que hoy vivimos, en el cual se han visto muchos fenómenos, qué por así decir, son terroríficos, como las guerras, hambres, robos, asesinatos, toda clase de maldad, situaciones difíciles y complicadas.
La predicción del Evangelio, dice que, habrá terremotos, guerras, las estrellas se verán caer, el sol dejará de brillar, fenómenos extraordinarios, que provocará temor en la gente, pero al final verán aparecer con gloria a Cristo, vestido de poder y majestad.
El mensaje es –abrir los ojos– , nos ayudará a ver cómo está el mundo, lleno de maldad, gente mal, de un mal que quiere apoderarse del mundo y de las personas. Pero la llegada del Hijo del hombre, vestido de majestad y poder, significa que la maldad no se va apoderar del mundo, que los malos no se pueden apoderar del mundo, que no tienen la última palabra, que a los malos tarde o temprano les llegará la justicia. Los malos podrán huir de la justicia humana, pero de la justicia divina no podrán escapar, porque el Señor, es Rey de reyes, Señor de señores, Juez de vivos y muertos, y como diría San Pablo –Él tiene que reinar, y Él reinará por encima de todos–, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C. https://www.facebook.com/CancunChetumal/videos/588570200314515