Por Diego López Colín (Aciprensa)

28 de octubre de 2024
La Iglesia Católica conmemora el Día de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre,
una fecha que en México se conoce como el Día de Muertos. Esta celebración en
ocasiones es confundida con el culto satánico a la “Santa Muerte”. Aquí
compartimos seis diferencias clave.

  1. Origen
    El Día de Muertos es una celebración surgida en la Iglesia Católica. Según un
    artículo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la conmemoración
    a los fieles difuntos fue instaurada en el año 998 por San Odilón, quien propuso
    una fecha para recordarlos el día después de la celebración de Todos los Santos,
    “de acuerdo con una revelación divina”. Con la llegada de los españoles a América
    a finales del siglo XV, esta tradición comenzó a celebrarse en el continente
    americano.

    Por otro lado, el culto a la “Santa Muerte” tiene un origen más reciente. El P.
    Andrés Esteban López Ruiz, miembro del Colegio de Exorcistas de la
    Arquidiócesis Primada de México, publicó un artículo en 2023 en el que indicó
    que esta práctica surgió en la década de 1960, especialmente en el mercado de
    Tepito en la Ciudad de México, un lugar “conocido por el contrabando y las
    actividades ilegales”.

    Este culto también se expandió en Catemaco, en el estado mexicano de Veracruz,
    en una localidad asociada con la “brujería, chamanismo y ocultismo”. El P. López
    Ruiz describe la Santa Muerte como una “versión mexicana de adoración
    satánica”, que fusiona elementos de la “quimbanda brasileña, la santería cubana,
    culturas prehispánicas y satanismo oculto”.
  2. Arraigo 
    El Día de Muertos, como una festividad cristiana, es celebrado en todo México,
    incluso entre no católicos y más allá de las fronteras mexicanas, llegando a
    Estados Unidos y países de Centroamérica. 

    A diferencia de esto, el culto a la “Santa Muerte” está especialmente vinculado con
    el mundo del crimen. Incluso en operativos policiales que irrumpieron en bases y
    domicilios de delincuentes encontraron frecuentemente altares satánicos que
    incluían imágenes de este culto.

    El P. López Ruiz advirtió sobre la existencia de “pactos formales con el diablo
    entre algunas comunidades seguidoras de la Santa Muerte, realizados por quienes
    desean “dones y riquezas”.
  3. Significado de la muerte
    En diálogo con ACI Prensa en 2021, el P. José de Jesús Aguilar, subdirector de
    Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, indicó que los
    cristianos “entendemos que la muerte es un límite y al mismo tiempo el paso para
    poder llegar a la trascendencia y, si hemos vivido los valores del Evangelio, el
    camino también para poder vivir en la eternidad con Dios”.

    “La muerte no es algo trágico, sino la oportunidad de encontrarnos con Dios, por
    eso de alguna manera festejamos también la muerte, que es el camino hacia la
    vida definitiva y eterna”, señaló. 

    En este mismo sentido, el P. Martín Lara Becerril, exorcista de la Diócesis de
    Querétaro en México, enfatizó en una conferencia de prensa en 2023 que la
    Iglesia Católica se centra en “la vida, la resurrección y la vida eterna”, mientras
    que el culto a la “Santa Muerte” representa “la devoción al demonio”.

    “Es el demonio de la muerte, es el demonio que empuja a las personas al suicidio,
    al asesinato, que empuja a las personas a la frustración mental, etcétera. En
    pocas palabras, que empuja a la persona a la destrucción personal y la
    destrucción de los demás”, expresó el sacerdote.
  4. Los altares
    Una de las tradiciones más significativas del Día de Muertos es la elaboración de
    altares en los hogares en honor a los difuntos. Estos altares incluyen fotografías
    de los fallecidos, junto a sus comidas y bebidas favoritas, adornados con
    veladoras, papel picado y flores de cempasúchil. 

    El sacerdote mexicano Luis Fernando Valdés López, doctor en Teología y capellán
    en la Universidad Panamericana en Ciudad de México, señaló en entrevista con
    ACI Prensa en 2018 que esta tradición “tiene un contexto muy bonito” en donde
    cada hogar católico se convierte en “una especie de capilla familiar, que toma
    elementos de las iglesias”. 

    Por otro lado, los altares dedicados a la Santa Muerte tienen un contexto más
    oscuro. 

    El P. José Gil Portilla, miembro del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis
    Primada de México, advirtió que quienes le rinden culto —colocando altares,
    flores y alimentos— son frecuentemente amenazados con que, “si no cumplen o
    se arrepienten de adorar a la ‘Santa Muerte’, entonces ésta tomará venganza de
    ellos”. “Es el Maligno quien finalmente comienza a atormentar con muchos
    sufrimientos”, aseguró.
  5. Aspirar a una muerte santa 
    El P. Valdés López señaló que los católicos debemos aspirar en vida a “tener una
    santa muerte, es decir, morir en gracia de Dios”. 

    Sin embargo, aclaró que esto no es lo mismo que adorar la muerte. Explicó que
    los adoradores del culto a la Santa Muerte la consideran “como si fuera un
    personaje, una entidad viva, una persona, por eso es una calavera con ropa, como
    si fuera una divinidad”.

    “Es una cuestión idolátrica, supersticiosa, porque se toma la muerte como si fuera
    un personaje, que decide cuándo vivimos, cuándo morimos, y que habría que
    pedirle que no me lleve todavía”, agregó.
  6. Una fecha para recordar a los seres queridos 
    El P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía y responsable del canal de YouTube
    Teología para Millenials, precisó en entrevista con ACI Prensa en 2019 que,
    para los católicos, el Día de Muertos sirve para recordar que “estamos en una
    comunión misteriosa pero real con todos los miembros del cuerpo místico de
    Cristo, con los miembros vivos y con todos los miembros difuntos”.

    No se trata de un “culto a los muertos”, añadió, sino que “es virtud de la piedad
    que nos lleva a no olvidarnos de quienes nos han precedido, de quienes nos han
    dado la vida, padres abuelos, bisabuelos o amigos o gente que se ha cruzado con
    nosotros a lo largo de la vida y podemos interceder por ellos”.

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