Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
DISCUSIÓN EN EL NOVICIADO
Estaba en el Noviciado cuando, de pronto, a la puerta de mi celda, ¡apareció el gato!
-¡Maripo, vuelve ahora mismo a la huerta! -dije señalando la escalera.
No tengo nada contra el pobre felino, pero, como alérgica a los gatos, no me hacía particular ilusión tenerle en mi pasillo…
-Maripo, he dicho que bajes.
A modo de respuesta, el gato se sentó, mirándome divertido.
-¡O bajas o voy a por la escoba! -exclamé, fingiendo enfadarme. Nunca se me ocurriría golpear a ningún animal, pero pensé que se asustaría… Ronroneos por respuesta.
Empuñando la escoba volví al pasillo… ¡y Maripo me recibió tan contento! Esa confianza me desarmó: ¡¡el gato estaba absolutamente convencido de que no le haría daño!!
Visto lo visto, fui a buscar unos guantes para poder cogerle… Así sentí su corazón, latiendo tranquilo mientras le llevaba en volandas: ¡¡se fiaba de mí!!
¡Aquella confianza me pareció simplemente preciosa! Maripo no tenía ningún miedo, sabía que yo no le haría daño. Con él he descubierto que la verdadera confianza nace del amor.
¡Por eso el Señor sonríe cada vez que confiamos en medio de una dificultad o de la incertidumbre! Porque cada acto de confianza es en realidad un acto de fe en su amor: ¡estamos seguros de que Él nos cuida, no nos pasará nada malo!
Quien tiene un amor así no se asusta si la vida le presenta una escoba amenazante, ¡y se deja coger tranquilamente en volandas! Sabes que vas en brazos de Alguien que te ama, ¡y confías!
No juzgues el amor de Cristo por las cosas que te pasan… juzga las cosas que te pasan desde el amor de Cristo. “Que soy Dios y no hombre, santo en medio de ti y no enemigo a la puerta” (Is 11, 9).
Hoy el reto del amor es hacer de cada acto de confianza un acto de amor. Cuando la duda o la inquietud llame a tu corazón, mira a Cristo y dile: “Confío en ti… porque sé que me amas”. ¡Déjate llevar en Sus brazos!
VIVE DE CRISTO