Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿TE HA PASADO A TI TAMBIÉN?
¿Qué les pasa a las impresoras que, justo en el momento en que más las necesitas, justo cuando más rápido necesitas que impriman el documento, no hay manera de que funcionen? ¿A quién no le ha sucedido esto?
Y es que, en el mundo en el que vivimos, donde la tecnología supera con creces todo lo que en el siglo pasado se hubieran podido imaginar, parece increíble que un aparato sencillo presente fallos… pero la realidad es que todo falla.
Me hace gracia este planteamiento, porque parece lógico pensar que a mayor avance, menos fallos. Sin embargo, esto no siempre tiene por qué ser real. A mayor avance se pueden mejorar muchas cosas, pero no quiere decir que no puedan darse fallos. De hecho, todo invento surge después de mucho tiempo de «prueba y error».
Así que, esto mismo nos lo podemos aplicar a nosotros mismos. Porque Cristo no nos sueña perfectos; “Él conoce nuestra masa” y todo lo que hay en lo profundo de nuestro corazón. Sabe que cometemos fallos y, aun así, nunca dejará de llamarnos constantemente a crecer en el amor.
“Porque reina Dios por la justicia, la paz y la alegría que da el Espíritu Santo. Y el que sirve así a Cristo, agrada a Dios y lo aprueban los hombres” (Rm 14, 17).
Cuando dejamos que sea Dios, cuando en nuestra libertad le damos paso para que sea Él quien dirija nuestra vida, esto se refleja en que podemos amar de una forma nueva, en que la paz sostiene nuestro día y en que buscamos vivir según Él. Y todo esto, con la paciencia de saber que los errores no tienen la última palabra.
Hoy, el reto del amor es vivir desde el amor, sin paralizarte en tus errores. Que no te suceda como a las impresoras… cuando dejes de funcionar, acude a Quien sabes que te pondrá en marcha enseguida.
VIVE DE CRISTO