Konaté Hernández

Todo ciudadano, varón, mujer, niños, adolescentes, jóvenes, ancianos somos creaturas e hijos de Dios con aspiraciones y humana y divinas, en busca de hacer realidad una convivencia de paz y recuperar nuestros valores y trabajo honesto. 

Un hogar formado por las familias integrados por una madre, un padre, biológicamente varón o mujer, en su búsqueda de gozar de una mejor calidad de vida y servicios eficientes, un sitio donde los pequeños vivan un entorno seguro y puedan cumplir y hacer realidad sus sueños.

Un entorno que sea modelo de oportunidades para que los jóvenes reciban ayuda de su familia con respeto a su eminente dignidad humana, que los ancianos gocen de pleno respeto y libertad de las garantías a que tienen derecho, como moverse por las calles en paz, vivir en un hogar con tranquilidad.

Pero, ¿es posible?, desde luego, sobre todo si se construyen pilares sólidos, que aguanten las tempestades no solo naturales, sino de todo tipo. Para eso se requiere sembrar valores morales, y hábitos de vida cristiana en los menores. Inculcar las obras de misericordia «materiales y espirituales», justicia social, paz, humanismo con honestidad transparente, eficiente a la altura de las demandas y de la dignidad que refleje el esfuerzo compartido, pasión y amor por nuestra Tierra como un hogar donde todos cabemos.

Es un compromiso de la humanidad lograr lo que es la fuente de inspiración, motor y guía de puertas abiertas en el corazón, el hogar, en la Iglesia, donde construir un mejor porvenir, a través de un diálogo transparente, límpido y lleno de amor en las nuevas generaciones.

Cerrar brechas para que subsistan existan la prosperidad sin marginación, a fin de lograr el bienestar con énfasis en todas las familias trabajadoras. Es renovar el compromiso de servicio, entrega, amor a Dios, a la Iglesia, a María Santísima, a nuestra tierra, un deber legado inculcado por nuestros padres, abuelos pioneros, que nos legaron la responsabilidad compartida a ser parte de la historia de la salvación y que llevamos en ADN humano.

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