Por Norma del Socorro Álvarez Ledesma
Un informe elaborado por el padre franciscano Lazar Aslam describe la terrible situación de las niñas y mujeres jóvenes que son víctimas de violaciones, secuestros y matrimonios forzados en un país donde la ley rara vez garantiza la igualdad de derechos a los cristianos.
Samiya solo tenía 17 años cuando el pasado 14 de febrero se dirigía a su trabajo como limpiadora en un edificio de Lahore, Pakistán. Al anochecer, al no contestar al teléfono, su madre fue a buscarla y se la encontró muerta en el suelo. Los propietarios del piso donde fue hallada afirmaron que se había suicidado, pero el informe médico reveló que Samiya había sido violada por varios hombres y posteriormente asesinada.
La familia de Samiya presentó una denuncia, pero la justicia puede ser lenta en Pakistán, especialmente cuando las víctimas pertenecen a minorías religiosas, como es el caso de los cristianos. Al cabo de tres meses todavía no se ha avanzado en el caso.
Esta historia por sí sola ya sería suficientemente terrible si no fuera porque es solo una de las muchas descritas por el padre franciscano Lazar Aslam en un informe al que la fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha tenido acceso.
También es preocupante el caso de Shifa, secuestrada en noviembre de 2023 por un vecino, quien dijo a la familia que otro hombre se había llevado a su hija. Shifa, de 14 años, fue convertida por la fuerza al islam y casada con un hombre de 48 años, que más tarde se divorció de ella y se la devolvió al secuestrador original, sospechoso de estar ahora obligándola a prostituirse. Tras fracasar en sus intentos por recuperar a Shifa, la familia se puso en contacto con el padre Aslam, que está trabajando para localizarla y devolvérsela a sus padres.
Un caso similar se produjo en enero de 2025, cuando una niña de 12 años llamada Saba fue secuestrada y convertida por la fuerza por un musulmán de edad avanzada que ya tenía otras dos esposas.
En ocasiones, equipos jurídicos especializados logran puntuales victorias en los tribunales, como en el caso de Yarusha, una niña de 13 años que, mediante engaños, fue casada con un hombre de 35. Incluso suponiendo que fuera consciente de los documentos que firmaba, el matrimonio con menores es ilegal en Pakistán, por lo que estos no serían válidos. Afortunadamente, Yarusha no fue secuestrada, por lo que sus padres la mantuvieron recluida en casa para protegerla. La policía no cooperó, pero la familia pidió la intervención del equipo del padre Aslam, que consiguió una sentencia judicial favorable a la familia de Yarusha. No obstante, el padre Aslam deplora que el culpable no haya tenido que rendir cuentas por el sufrimiento y dolor causados a la niña y a su familia.
En el informe del padre Aslam enviado a ACN también destacan casos de violaciones, como el de una joven de 20 años llamada Asma, que el 3 de mayo de 2025 fue engañada por un conocido para que se subiera a su coche. Asma terminó en un domicilio particular donde fue violada por cuatro hombres. Los violadores grabaron la agresión y amenazaron a Asma con difundir las imágenes si se negaba a satisfacer sus exigencias sexuales en el futuro. “Asma y su familia soportan en la actualidad amenazas e intimidaciones continuas. Viven con un miedo constante debido a la existencia de los vídeos de la agresión y al peligro de nuevas represalias. A pesar de repetidas quejas, las fuerzas del orden locales apenas cooperan y no se han producido avances visibles en la investigación”, escribe el padre Aslam.
Por último, pero no por ello menos trágica, es la historia de Shumaila, que el 25 de marzo se encontraba de viaje con su marido cuando fueron detenidos y atacados por hombres armados. Al percatarse de que sus víctimas eran cristianos, los tres delincuentes golpearon brutalmente al marido y violaron a la joven delante de él, antes de huir del lugar. “Exigimos justicia para la familia de la víctima y pedimos al Estado que garantice la seguridad de la familia que es pobre y pertenece a una minoría, mientras que los culpables son poderosos y ya han proferido amenazas”, escribe el sacerdote franciscano.
Como reacción a los hechos presentados en el informe del padre Aslam, la presidenta ejecutiva de ACN, Regina Lynch, ha exigido más protección para las minorías religiosas en Pakistán , en particular para las niñas: “Los cristianos solo representan el 1,3% de la población paquistaní y suelen pertenecer al estamento más pobre y desatendido. ACN, que financia numerosos proyectos en Pakistán, ha llamado repetidamente la atención sobre casos de discriminación, especialmente los que sufren las niñas. Pedimos a todos nuestros amigos y benefactores que recen por estas víctimas inocentes”, ha dicho Regina Lynch.
Como fundación pontificia, dedicada a proteger, apoyar y defender a cristianos necesitados en el mundo entero, seguiremos alzando la voz sobre este asunto que afecta a la comunidad cristiana de Pakistán y de otros países y pedimos a las autoridades políticas que hagan todo lo posible para protegerlos”, ha añadido.
Muchas niñas cristianas en Pakistán necesitan nuestro apoyo, porque sus condiciones de vida son desventajosas.
https://acn-mexico.org/pakistan-ninas-cristianas-aun-sufren-abusos-y-discriminacion