La Iglesia considera las jaculatorias las «balas espirituales» contra el mal.
Las jaculatorias son oraciones breves, fervorosas y espontáneas dirigidas a Dios, la Virgen María o los santos. Se usan para elevar nuestra alma rápidamente a lo divino en cualquier momento del día.
La palabra proviene del latín iaculatio, que significa lanzamiento, como lanzar una súplica al cielo. Es una metáfora poderosa: como una flecha directa al corazón de Dios. Las jaculatorias existen desde los primeros siglos del cristianismo. Los Padres de la Iglesia recomendaban orar constantemente con frases cortas, como lo dice San Pablo: «Orad sin cesar» (1Tes 5,17).
Pocas personas saben que algunas jaculatorias otorgan indulgencias parciales o plenarias, por ejemplo: “Jesús, María y José, asistidme en mi última agonía.” “Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.”
Muchos santos, entre ellos, Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz y Santa Teresita del Niño Jesús usaban jaculatorias para mantenerse en constante contacto con Dios, incluso en medio de sus actividades cotidianas.
Las podemos recitar en momentos de tentación, miedo o sufrimiento, pues la Iglesia las considera «balas espirituales» contra el mal. Aunque existen jaculatorias tradicionales, podemos crear las nuestras, lo que hace que esta forma de oración sea muy personal.
Acá te dejamos 20 excelentes jaculatorias que puedes recitar en cualquier momento:
- Jesús manso y humilde de corazón. R. haz mi corazón semejante al tuyo.
- Sagrado Corazón de Jesús. R. en Vos confío.
- Te adoramos ¡oh Cristo!, y te bendecimos. R. porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
- Buen Jesús, amigo de los niños. R. bendecid a los niños de todo el mundo.
- El Señor es mi pastor. R. nada me puede faltar.
- Señor, auméntanos la fe.
- Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo.
- Creo, Señor, pero ayuda a mi incredulidad.
- Jesús ten misericordia de mí que soy un pecador
- Dulce Corazón de María. R. sed la salvación del alma mía.
- María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. R. en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.
- Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
- Virgen María, llena de gracia, intercede por nosotros.
- Oh María sin pecado concebida. R. ruega por nosotros que recurrimos a ti.
- San José, padre y protector de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
- San José, modelo de humildad y obediencia, intercede por nosotros.
- Espíritu Santo fuente de luz. R. ¡ilumínanos!
- Espíritu Santo fuente de sabiduría. R. guíanos.
- Espíritu Santo fuente de amor. R. llénanos.
- Espíritu Santo, dulce huésped de mi alma. R. permaneced en mí, y que yo permanezca siempre en ti.
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