Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EMPEZANDO CON BUEN PIE
Ayer, para desayunar, había galletas. Cogí la primera de mi montoncito, la mojé un instante en la leche y, al llevármela a la boca…
¡¡Plaaaaas!!
Yo creo que la galleta debía de estar partida de antemano, si no, no me lo explico. A Dios gracias, tuve reflejos suficientes para apartarme, porque el tazón estaba bien lleno… ¡y no imaginas el estropicio que se preparó! ¡La leche saltó por todas partes!
Tras respirar aliviada por no haberme manchado el hábito, solo pude sonreír: ¡aquello era una preciosa imagen del amor del Señor!
En efecto: cuando te sumerges en Su amor, ¡¡salpicas todo alrededor!! Y eso no porque seas una galleta muy grande (mi galleta era muy sencillita, ¡no pesaba nada!); no es nuestro empeño o propósito, en realidad, si salpicas… es porque el vaso del Resucitado está muy lleno de amor, ¡un amor que desborda!
Pero, ¿cómo sumergirse en este Vaso?
De pronto caí en la cuenta de que la clave para mi galleta fue lanzarse “sin frenos”: se soltó de la seguridad de la mano que la sostenía, dejó todo… ¡en un salto absoluto de confianza!
Lo mismo nos sucede a nosotros. Para poder sumergirnos por completo en el amor de Cristo, necesitamos “soltar seguridades”, o, en otras palabras, ¡crecer en confianza! Hasta el punto de saber que es Él quien lleva nuestra vida, que podemos saltar al vacío… porque sabemos que siempre estarán Sus brazos para recogernos.
Tal vez sientas vértigo, querida galleta… pero no te preocupes. El Señor es tan bueno, ¡que sabe que a confiar también aprendemos! El pequeño saltito que des hoy, ¡prepara un salto un poco mayor mañana! En la confianza, como en la amistad, ¡vamos creciendo!
Nuestra pequeña confianza, unida a Su amor inmenso… ¡¡acaba llenando una mesa entera de salpicaduras!! Porque, como el Señor mismo nos dice, “vuestra fuerza está en confiar” (Is 30, 15).
Hoy el reto del amor es comenzar el día con buen pie, sumergiéndote en el amor de Cristo; ¡deja que este amor “salpique” a través de tu sonrisa y acogida!
VIVE DE CRISTO