Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
«MIS 10»
Hemos repartido entre toda la Comunidad a todos los cardenales reunidos en el cónclave, de forma que cada uno de ellos tenga a una monja rezando por él.
Y yo tengo a “mis 10”; algunos de ellos poco conocidos para mí y otros totalmente desconocidos. Así que lo primero que hice fue intentar memorizar sus nombres, a la vez que buscaba su procedencia.
Ayer, al ver el comienzo del cónclave, mientras pasaban los 133 a prestar juramento, buscaba a “mis 10”. Pensaba en la importancia de la oración de intercesión y en cómo el pedir por otros hace que sean un poco tuyos, porque al orar por alguien haces hueco en el corazón.
También consideraba que, entre todos ellos, hay uno al que le va a cambiar la vida de repente. No es un cambio de destino temporal; si lo piensas, sobrecoge. Cae sobre él, en cuestión de minutos, el peso de toda la Iglesia. Cristo como única ancla y seguridad.
“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 13-20).
Esto le dijo a Pedro en el Evangelio y se muestran muchos momentos de debilidad en Pedro. Pero Pedro reconoció a Jesús, Pedro se dejó hacer por Él; esa fue la clave.
Por eso hoy orar es una forma de abrazar, de sostener, de decirle al Señor: “Haz tú en ellos lo que nosotros no podemos”.
No sabemos quién será elegido, pero podemos pedir a Cristo que prepare su corazón, que el Espíritu Santo guíe sus pasos y tenga un corazón enamorado de Él.
Hoy el reto del amor es que ores por el cónclave, que pidas a Jesús por el próximo Papa, para que sea conforme a Su Corazón.
Es a puerta cerrada, pero tu oración tiene cabida y es necesaria.
VIVE DE CRISTO