Por Norma del Socorro Álvarez Ledesma

Los ciudadanos del futuro nacen en brazos de mamá. Celebrar el Día de las Madres es celebrar a millones de mujeres que tratan de dar lo mejor de sí para que los suyos puedan crecer, desarrollarse y llegar a ser un día su mejor versión. 

En esta ocasión resaltamos la impresionante labor de las madres formadoras de personas y de futuros ciudadanos. En lo cotidiano y sencillo de la vida las madres logran dejar huella de lo que verdaderamente importa cuando se trata de construir sociedades justas y humanas. 

Enseñar a saludar, compartir, pedir perdón, no son solo gestos de amabilidad esenciales para la convivencia, sino que moldean la manera de entender el mundo y ayudan a comprender lo importantes que son las mamás para construir una sociedad más humana.

Aunque suene a cliché, las madres son las primeras maestras de la humanidad. La manera en que nos desenvolvemos en el mundo la aprendimos en casa, con las primeras lecciones que venían de una voz paciente diciendo: “Vamos a echarle agua a la planta porque ella también la necesita para vivir” o “vamos a guardar los juguetes para que todos puedan estar a gusto en la sala”. En el fondo, no solo es un esfuerzo por generar rutinas y ayudar a que cada vez los hijos se vuelvan más independientes, sino que es un trabajo constante por mostrar a los hijos que viven en sociedad y que cada madre impacta la vida de otros. Las mamás enseñan a ser humanos, y a mirar con humanidad a los demás.

Una madre no solo cambia pañales, también cambia corazones. Pasar tiempo con los hijos no es un acto para lograr su supervivencia, sino que es tiempo invertido para moldear con amor la conciencia de otro ser humano. Las mamás se convierten en las primeras formadoras del carácter y enseñan a vivir con sentido.

Ciudadanos del futuro

Aprender a vivir con otros y a mirar más allá de uno mismo es de las primeras cosas que se aprenden en casa. Ser ciudadanos comprometidos, vivir la democracia, el civismo y el respeto por la ley, empieza en la sala de casa, con una mamá que guía y repite incansablemente: “Eso no se hace”, “saluda a todos”, “da las gracias”, “comparte con tu hermano tu juguete”. Las grandes transformaciones sociales no inician en el Congreso, sino en los hogares. Una mamá que enseña a defender lo justo, que inculca el valor del esfuerzo y la empatía, está preparando ciudadanos comprometidos. 

Sabemos que no todas las personas han tenido la fortuna de contar con una mamá presente, cariñosa, cercana. Y esa carencia deja una huella en el ser humano, hay muchos estudios que lo muestran. De ahí la importancia de tomar conciencia en la importante labor de las madres, y de que quienes emprenden el gran proyecto de iniciar una familia, lo hagan con la conciencia de la responsabilidad que implica traer nuevas vidas al mundo. 

En conclusión, celebrar a las madres es reconocer su papel en construir del país que queremos. Una mamá que educa con amor y firmeza forja mucho más que una familia: está preparando a quienes un día sostendrán las instituciones, cuidarán a los vulnerables y construirán una sociedad más humana.

https://conparticipacion.mx/los-ciudadanos-del-futuro-nacen-en-brazos-de-mama-parte-1

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