Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
MARCADA
El otro día estuvimos poniendo orden en la trastienda. Como hay cacharritos de cerámica muy pequeños, para evitar que se caigan, los colocamos en cajas. Rápidamente cogí mis post-its y fui pegando cartelitos, indicando lo que había dentro de cada caja.
Estaba muy contenta de cómo iba quedando: ordenado, clasificado, accesible, ¡y fácil de localizar con los letreros!
Pero fue entonces cuando descubrí que el rotulador que estaba empleando tardaba un rato en secarse y, como yo iba tan rápida, ¡se me habían pintado todas las yemas de los dedos al manipular los post-its!
Lo simpático es que incluso podía leerse, como si fuese un curioso tatuaje: bandejas, platos… ¡llevaba toda mi “clasificación” grabada en los dedos!
De pronto caí en la cuenta de que algo así nos sucede a lo largo de la vida: somos como esos pequeños post-its, que dejan algo de tinta en quien los toca. En efecto, las personas con las que nos cruzamos a lo largo del día, ¡nos dejan huella! Y, del mismo modo, ¡tú mismo dejas una pequeña marca en su alma!
La cuestión es: ¿qué palabra se lee al “rozarse” contigo? ¿Qué señal quieres dejar en los demás?
Hay tinta que se borra con el tiempo, que desaparece con un poco de agua y jabón, pero hay personas con una tinta tan llena de amor que, sin pensarlo, dejan una huella imborrable en nuestro corazón, ¡aunque tal vez solo nos hayan “rozado” por un breve espacio de tiempo!
Lo impresionante de todo esto es que el Señor se ha acercado tanto a nosotros, ¡que también Sus manos se han manchado con nuestra tinta! Así lo afirma en su Palabra: “Mira, te llevo tatuada en mis palmas” (Is 49, 16).
El Resucitado quiere abrazarte por completo, no le asusta “mancharse”, Él no te ama de lejos, te ama tan de cerca… ¡que tu nombre se lee en Su piel!
Hoy el reto del amor es dejarte “marcar” por este amor infinito de Cristo… ¡y que así la marca que dejes en los demás sea la huella de una sonrisa!
VIVE DE CRISTO