Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CON LA LUPA EN LA MANO
¡¡¡Cristo ha resucitado!!! ¡¡¡Feliz Pascua!!!
Estos días del Triduo Pascual he podido sonreír muchas veces. Resulta que, en mi breviario (el libro que usamos para rezar) iba encontrando cada dos páginas alguna anotación que me he ido haciendo los años anteriores.
Estos días de fiesta grande, el horario va patas arriba y yo, que soy muy despistada, acabo más perdida que un pulpo en un garaje. Así que, para resolverlo, un año se me ocurrió hacerme “apuntes” en mi libro de oración, ¡porque ahí estoy segura de que voy a verlo!
Año tras año, he ido añadiendo notas, ¡y ahora mi breviario me va indicando a cada paso qué es lo siguiente! “Hoy no hay Viacrucis”, “Hoy el desayuno es antes de Laudes”, “Después de la misa hay que ir a adornar el refectorio”, “Recuerda coger la vela para la procesión”…
Con estas pequeñas señales, ¡mi Semana Santa fluye como la seda!
Tan pendiente estaba de mis notas, que, al escuchar el evangelio del domingo, di un brinco en la silla: ¡¡el Resucitado también va dejando señales!!
En efecto: Jesús no se da a conocer con una aparición apoteósica, sino que deja “pequeñas notas” con las que da pistas: la piedra corrida, la tumba vacía, las vendas en el suelo…
¡Y hoy sigue obrando de la misma manera! También en nuestra vida va dejando “pequeñas señales” para que le sigamos la pista, para que podamos ir haciendo camino, abriendo nuestros ojos, ¡hasta descubrirle resucitado a nuestro lado!
“Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría… De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos»” (Mt 28, 8-9).
¡¡Que la alegría por buscar y encontrar al Resucitado sea luz que ilumine toda nuestra Pascua!!
Hoy el reto del amor es descubrir una señal del amor de Cristo Resucitado en tu vida. Él está vivo, ¡y sale a tu encuentro!
VIVE DE CRISTO