Konaté Hernández/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA

Catemaco, Veracruz.— La Basílica dedicada a Santa María bajo la advocación Mariana de Nuestra Señora del Monte Carmelo, es un centro de fe, costumbres, tradiciones y devoción popular que reúne a los fieles provenientes de muchos puntos de la entidad, del país y del mundo en Catemaco.

La festividad litúrgica es el 16 de julio, en la que se realiza la procesión marítima, con música tradicional, danzón, son Jarocho, música tropical, guitarras, violines, vihuela y contrabajo. Fue en 1860 cuando Luis de Mier y Terán gobernador de la entidad, instituyó las fiestas patronales de los tres pueblos tuxtlecos.

Un 8 de abril de 1896 Monseñor Ignacio Pagaza consagró el templo catemaqueño a parroquia San Juan Evangelista: Santo Patrono de los Cuerpos de Agua y, Santuario de la Virgen del Carmen: por la devoción que despertaba la imagen.

Un 1° de noviembre de 1969, el Romano Pontífice San Juan XXIII, envió un decretó para que Monseñor Arturo Antonio Szymanski Ramírez, II obispo de la Diócesis de San Andrés Tuxtla, consagrara solemnemente el Santuario a Basílica Menor dedicada a la Virgen del Monte Carmelo e incorporarla a la Basílica liberiana de Santa María la Mayor. Mientras que un 17 de mayo de 1992 por decreto de su Santidad San Juan Pablo II, solicitó a Monseñor Guillermo Ranzahuer González, coronar la venerable imagen en su nombre.

La Basílica se ubica en la plaza principal, dónde residentes y visitantes nacionales y extranjeros visitan a la Santa Patrona de marineros, y pescadores. Una veneración iniciada en el período colonial temprano, que sustituye el culto local a Chalchiuhtlicue, «diosa del agua y los pescadores».

La estructura actual inició en 1799 y concluyó en 1961. El recinto combina barroco y neoclásico, su cúpula mide 21 metros de altura. Las vidrieras de los alrededores representan la vida de Jesús y María.

Un cordial agradecimiento a Jacqueline Rivera García, a la dirección de Turismo de Catemaco, a don Salvador Herrera García cronista de la ciudad, por la información proporcionada a este medio, a través de su libro: «Catemaco, la magia que se fue».

Catemaco significa en náhuatl «lugar de las casas quemadas» Calli (casas) y Tematli (quemar), luego de que, en 1664, hiciera erupción el volcán Titépetl cerro del fuego en náhuatl, hoy volcán de San Martin.

Desde 1881 Catemaco era una villa y para 1966 es oficialmente declarada ciudad. Su población de acuerdo al censo del Instituto Nacional de Geografía y Estadística 2020 es de 49 mil 451 habitantes.

Los primeros pobladores fueron indios bajo el dominio español, establecidos en la ribera del lago en 1570. Época en la que se construyeron iglesias introduciéndose nuevas estructuras administrativas y sociales. Prevalece su arquitectura colonial.

Entre los documentos históricos no hay un registro exacto de su fundación. Se sabe qué durante la época prehispánica, Catemaco era habitado por grupos indígenas totonacas y nahuas.A partir de la década de 1970, Catemaco ganó popularidad como destino turístico gracias a sus prácticas esotéricas, a su belleza natural, al lago, a su exuberante selva tropical que contribuye a la economía local y a su reconocimiento internacional como un lugar único en México.

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