Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
PINTURA Y GOMA LACA
Llevo varias semanas pintando una imagen de la Virgen María. Está siendo un proceso bonito, aunque particularmente largo, ya que, mientras le doy a los pinceles, también voy grabándolo, ¡y eso lleva algo más de tiempo! Así que, a esta figura, le he cogido un cariño especial.
Pero, ¡ay!, llegaba el momento que más temo de todos: los barnices.
El principal problema de la goma laca que uso para barnizar es que, si no la aplicas con cuidado, ¡puede levantar la pintura! Y es una faena de las gordas, la verdad…
Pero, el segundo problema es que fija la pintura. Cuando das los barnices, ya no se puede retocar. Encontrar un fallo en ese momento, ¡es terrible! ¡Te sientes con las manos atadas!
¿Y no te has sentido así alguna vez? Quizá mires hacia atrás, y descubras cosas en tu vida que ya “no se pueden arreglar”. Parece que el tiempo, impasible, va dando goma laca a cada uno de nuestros días, y los errores de ayer, ya no tienen solución.
Pero, ¡espera! Cristo tiene la última palabra, Él es el Señor del tiempo y, de Su mano, siempre hay esperanza. Y sabemos que, incluso lo que no entendemos, está dentro de Su Providencia, ¡Él es capaz de sacar bien del mal, vida de la muerte!
Cuando José fue vendido como esclavo, se podría decir que su vida era un fracaso y no tenía arreglo. Sin embargo, ¡fue este hecho lo que salvaría del hambre a su familia!
Ninguna de nuestras historias está “cerrada”, “barnizada”, ¡el Señor sigue trabajando en ella! Solo necesita nuestra confianza, nuestra fe para seguir pintando, sabiendo que, al final, todo tendrá sentido, y Su amor triunfará. Podemos celebrarlo, ¡pues estamos seguros de ello!
“¡Ánimo, hijos! El Santo ya me llena de alegría, pues muy pronto vuestro Salvador tendrá misericordia de vosotros” (Ba 4, 21-22).
Hoy el reto del amor es poner tus pinturas en manos de Cristo: no te des por perdido, ¡deja que vuele tu esperanza, pues Él no da barniz hasta el final!
VIVE DE CRISTO