Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
PROTESTAS PERRUNAS
Jubi, nuestra beagle, de pie junto a su comedero, me miró con esa cara que dice claramente: “Ten compasión… llevo tres meses sin comer”.
La miré incrédula.
-No tengas cuento, Jubi -le dije mientras arreglaba las mantas de su caseta- Acabo de echarte el pienso.
Pero ella seguía inmóvil, mirándome cada vez con más tristeza, como si estuviese al borde del llanto.
-¡Pero Jubi! -exclamé acercándome- ¡Tienes el cuenco lleno de pienso, no has comido nada!
Nueva mirada melancólica… y entonces comprendí. ¡¡No le había puesto sus chuches!!
Resulta que a nuestra beagle no le hace mucha gracia el pienso, así que, para animarla, siempre cojo media galleta de las suyas y se la desmigo por el cuenco.
Solo son unas miguitas, ¡pero Jubi siente que el pienso cambia por completo! ¡No imaginas lo contenta que movía el rabito al ver que por fin la había entendido!
¡“Un poco más” puede cambiar mucho las cosas!
Es fácil llenar el cuenco de pienso, quedarnos en “lo que hay que hacer”. Y eso es lo básico, ciertamente: cumplir nuestras obligaciones es fundamental, pero, ¿por qué no dar un paso más?
Podemos cumplir las tareas de nuestra lista fríamente, o podemos añadir una sonrisa, un gesto de delicadeza… La clave no es solo hacer lo que debemos, sino hacerlo con amor. ¡Ese es el “poco más”, la pequeña golosina que hace que todo se vuelva más delicioso!
Del mismo modo, Jesús podía habernos redimido simplemente por amor y obediencia al Padre. Podía haberlo hecho sin mirarnos, y habría sido ya maravilloso.
Sin embargo, en la Última Cena, cuando el evangelista señala que nos amó hasta el extremo, Cristo dice: “ardientemente he deseado comer esta comida pascual con vosotros…” (Lc 22, 15).
Se queda a nuestro lado, en la Eucaristía, ¡¡porque nos ama!! Más aún, ¡¡es algo que desea ardientemente!! Ese deseo es expresión de amor, un amor que se entrega por completo mirándonos a los ojos… ¡¡Es el “mucho más” del Señor!!
VIVE DE CRISTO