Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
POR TU GRACIA
Hace no mucho tiempo, la priora nos hizo un regalo «divertido» a cada hermana. El mío fue un detalle muy curioso.
Se trata de un artilugio para «apurar» la pasta dentífrica. Para que funcione, se introduce la base del tubo de pasta de dientes por una ranura, de manera que, al girar esa misma pieza, el envase se va enrollando en el interior del artilugio, permitiendo así aprovechar la pasta hasta el final.
¿Cuál es el resultado final? Todo sigue el mismo proceso: a medida que el envase se introduce más y más en el artilugio, la pasta va saliendo poco a poco hasta que el tubo queda completamente dentro, hecho uno con él, habiéndose dado por completo.
Me pareció que este objeto plasmaba muy bien nuestra vida, la de cada cristiano. A medida que vamos conociendo más y más al Señor, nos damos cuenta de que hay más felicidad en dar que en recibir. Descubrimos la importancia de entregarnos gratuitamente, de apostar siempre por el amor.
Pero… ¿cuántas veces nos sentimos rendidos, sin fuerzas, como si todo dependiera de nuestra voluntad? Cristo nos invita a vivir una vida en plenitud, a amar hasta el extremo, a darnos y desgastarnos por Él y por los hermanos. Pero Él sabe bien que esto o es don, o no será posible con nuestras solas fuerzas.
Y es que la gratuidad de nuestra entrega está directamente relacionada con nuestra unión con Él. En la medida en que nos «pegamos» a Cristo, en la medida en que nuestra vida gira más y más en torno a Él, en esa misma medida brota de nosotros Su Vida, como una fuente para los demás. Y así, ya no se trata de un esfuerzo constante por alcanzar los logros que me propongo, sino de una búsqueda continua por ser más de Cristo, de descubrir Su reino y vivir de Él. Lo demás viene como consecuencia.
¿A quién no le gustaría llegar al final de su vida habiéndose dado y desgastado por completo, solo por Él…?
“No por tu fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor del universo.» (Za 4, 6)
Hoy el reto del amor es vivir el día «pegado» a Cristo y disponible para todo el que me necesite. Si le pedimos esto al Señor, Él nos mostrará cientos de ocasiones para servirle en los demás.
VIVE DE CRISTO