En un mensaje enviado desde el Policlínico Gemelli, el Papa se dirige a los participantes en el «Curso internacional de formación para los responsables de las celebraciones litúrgicas de los obispos» que se celebra en Roma, del 24 al 28 de febrero, en el Pontificio Ateneo Sant’Anselmo, y les exhorta a «proponer y favorecer un estilo litúrgico que exprese el seguimiento de Jesús, evitando pompas o protagonismos inútiles».

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

La liturgia «debe ser siempre encarnada, inculturada» porque expresa «la fe de la Iglesia», «toca la vida del pueblo de Dios y revela su verdadera naturaleza espiritual». Desde el Hospital Gemelli, donde se encuentra ingresado desde el 14 de febrero y continúa desarrollando sus actividades, Francisco se dirigió en un mensaje a los participantes en el Curso Internacional de Formación para los responsables de las celebraciones litúrgicas del Obispado, celebrado en Roma del 24 al 28 de febrero, en el Pontificio Ateneo Sant’Anselmo, y les insta a no ignorar «las alegrías y los sufrimientos, los sueños y las preocupaciones del pueblo de Dios», porque «poseen un valor hermenéutico», y a «proponer y animar un estilo litúrgico que exprese el seguimiento de Jesús, evitando pompas o protagonismos inútiles». «Os invito a desempeñar vuestro ministerio con discreción, sin alardear de los resultados de vuestro servicio», escribe el Papa, que anima también a «transmitir estas actitudes a los ministros, lectores y cantores».

Acompañar a los fieles en el acto sacramental

El Pontífice subrayó que «cada diócesis mira al obispo y a la catedral como modelos celebrativos a imitar» y que el responsable de las celebraciones litúrgicas «es un maestro puesto al servicio de la oración de la comunidad» y, por tanto, «a la vez que enseña humildemente el arte de la liturgia, debe guiar» a los celebrantes, «marcando el ritmo ritual y acompañando a los fieles en el acontecimiento sacramental». A él le corresponde preparar «sabiamente cada celebración, para el bien de la asamblea»; debe procurar que «los principios teológicos expresados en los libros litúrgicos» se conviertan en «praxis celebrativa»; flanquear y apoyar «al obispo en su función de promotor y custodio de la vida litúrgica», para que el párroco pueda «guiar suavemente a toda la comunidad diocesana en el ofrecimiento de sí mismo al Padre, a imitación de Cristo».

En la liturgia el encuentro con el Señor

«El cuidado de la liturgia es ante todo el cuidado de la oración», subrayó a continuación Francisco, añadiendo que esto significa cuidar «el encuentro con el Señor». Hay una «gran maestra de la vida espiritual» que puede servir de ejemplo, Santa Teresa de Ávila, proclamada Doctora de la Iglesia por Pablo VI, que destacó su «sabiduría de las cosas divinas y humanas». Y «preparar y guiar las celebraciones litúrgicas significa» precisamente conjugar «sabiduría divina y sabiduría humana»: «la primera se adquiere rezando, meditando, contemplando», explica el Papa, «la segunda viene del estudio, del empeño por profundizar, de la capacidad de escucha».

Tener siempre en el corazón al pueblo de Dios

Para llevar a cabo «estas tareas», el consejo de Francisco es «mantener la mirada dirigida al pueblo» -que tiene al obispo como «pastor y padre»- y ello para comprender «las necesidades de los fieles, así como las formas y modalidades para favorecer su participación en la acción litúrgica». Por último, el Papa desea que quienes se ocupan de la liturgia «tengan siempre en el corazón al pueblo de Dios», y lo acompañen «en el culto con sabiduría y amor», y concluye su mensaje pidiéndoles una vez más que recen por él.

https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2025-02/francisco-inculturar-la-liturgia-no-ignorar-pueblo-de-dios.html

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