Konaté Hernández/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA

Cancún, Quintana Roo.– La cuaresma es un tiempo del año litúrgico destinado a prepararse espiritualmente para celebrar la Pascua. El término proviene del latín quadragesima, cuadragésimo o período de 40 días, seis semanas de purificación e iluminación interna que se celebra en la Iglesia Católica, en todas las comunidades eclesiales de la Diócesis Cancún Chetumal.

El Miércoles de Ceniza este año será el 5 de marzo, en el cual el ministro o sacerdote pronuncia las palabras “Conviértete y cree en el Evangelio” o “Polvo eres y en polvo te convertirás”.

La cuaresma es un período de introspección, reflexión y preparación espiritual que precede a la celebración más significativa del cristianismo: la «Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo», por lo que, los católicos se preparan cristianamente a vivir la Semana Santa.

Es un lapso de tiempo sagrado del calendario litúrgico que marca 40 días de preparación espiritual antes de la Pascua durante el cual se realizan prácticas de penitencia, ayuno y oración, hasta concluir el Jueves Santo, que da paso al Triduum Sacrum o Triduo Pascual o celebración de tres días: Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección.

En referencia al Miércoles de Ceniza, este es un signo de preparación que sirve para recordar al género humano la condición de pecadores necesitados que, arrepentidos buscan la conversión. Es un día en el que la Iglesia invita a reflexionar sobre el origen humilde y la transitoriedad de la vida terrenal para prepararse a la vida celestial que es la Pascua eterna.

La raíz del Miércoles de Ceniza se encuentra en el Antiguo Testamento y en la Tradición de la Iglesia. Su mención por vez primera fue una observancia general durante el Sínodo de Benevento en 1091, sin embargo, en el siglo X se asumía que se aplicaba a todas las personas.

La imposición de cenizas en la frente o en la cabeza de los fieles es un gesto simbólico y significativo que recuerda la naturaleza transitoria de la vida terrenal y la necesidad de hacer un esfuerzo ascético generoso durante la Cuaresma, que enfatiza la condición de creaturas dependientes totalmente de Dios que nos invita a retornar a la Casa del Padre.

Tiempo durante el cual los fieles se dedican a la reflexión, arrepentimiento, penitencia, mediante el ayuno, oración y caridad, para preparase espiritualmente a celebrar la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en la Pascua. Asimismo, la liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a reflexionar sobre la naturaleza transitoria de la vida terrenal e impulsa a emprender un camino de renovación personal, centrado en la fe en Cristo crucificado, en la fidelidad al Evangelio y en la vida eterna.

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