Por Redacción Central

10 de febrero de 2025

Con motivo de la festividad, este 10 de febrero, de San José Sánchez del Río -santo mexicano que entregó la vida por Cristo siendo un niño- compartimos algunos datos importantes en torno a su vida y legado de santidad.

Como sabemos, San José Luís Sánchez (1913-1928) fue un precoz defensor de la fe, torturado y asesinado a los 14 años, en 1928, a manos de agentes del gobierno mexicano. La razón: quisieron que renuncie a su fe católica, cosa a la que se negó rotundamente.

El contexto de su martirio fue la guerra cristera, desatada tras la imposición de la legislación anticlerical de 1926 promovida por el entonces presidente de México, Plutarco Elías Calles. Muchos católicos decidieron rebelarse al atropello y se levantaron en armas para defender lo que consideraban como lo más sagrado. Esos hombres y mujeres recibieron el apelativo de «cristeros».

A continuación, los 7 datos que debes saber sobre la vida de “Joselito”:

1. Pidió a Dios la gracia de morir mártir

Cuando su familia se trasladó a Guadalajara, José visitó la tumba del abogado Anacleto González Flores, quien fuera martirizado el 1 de abril de 1927 bajo el régimen del presidente Calles. Allí, el jovencito pidió a Dios la gracia de poder morir como González, en defensa de la fe católica.

Una de las 27 personas que brindó su testimonio para la causa del santo mexicano afirmó que “Joselito” decidió unirse a los cristeros en aquella “visita-peregrinación”. Su resolución se hizo más fuerte y rogó a sus padres que le diesen permiso para participar en la guerra por la libertad religiosa.

2. Siempre vivió su fe sin temor al peligro

Como se ha mencionado, el presidente Plutarco Elías Calles fue el promotor de un conjunto de leyes que restringía drásticamente la vida de la Iglesia Católica. Los que se atrevían a desobedecer la injusta legislación y profesar su fe se exponían a ser enviados a la cárcel y ser ejecutados.

Sin embargo, José era de los niños que asistió siempre al catecismo y que se distinguía por su compromiso con su parroquia. Cuando el culto público fue completamente prohibido, el mártir se las arregló para recibir los sacramentos en secreto, mientras que todos los días rezaba el Rosario con su familia.

3. Dio su vida para que otro cristero pudiera salvarse

José se unió así a los cristeros –que en un principio no querían aceptarlo por su edad–, y solo fue aceptado como portaestandarte de la imagen de la Virgen de Guadalupe; por esa razón José Luis no tomó parte directamente en los enfrentamientos armados.

Sin embargo, el 6 de febrero de 1928, durante uno de dichos enfrentamientos, las fuerzas oficialistas asestaron un tiro al caballo del comandante cristero, don Luis Guízar Morfín. Al ver esto, Joselito se bajó del suyo y, en un acto heroico se lo ofreció a Guízar, de manera que este no fuera hecho prisionero: “Mi gene­ral, tome usted mi caballo y sálvese; usted es más necesario y hace más falta a la causa que yo”. Guízar Morfín pudo escapar y el joven fue capturado junto a su amigo Lázaro.

4. El lugar donde fue bautizado se convirtió en su prisión

Luego de ser capturado el 7 de febrero de 1928, Joselito fue encerrado en el baptisterio de la iglesia de Santiago Apóstol en Sahuayo. El templo había sido convertido en una improvisada cárcel y en la caballeriza de las tropas gobiernistas. Aquel baptisterio había sido el preciso lugar donde José Sánchez del Río recibió el sacramento de la iniciación cristiana. Luego de ser capturado habría de convertirse en su prisión.

5. La iglesia “es para rezar”, no un gallinero

El postulador de su causa, el P. Fidel González Fernández, narró que el tabernáculo y el presbiterio de la iglesia donde José estaba prisionero fueron usados como gallinero y lugar de entrenamiento para los gallos de pelea del gobernador.

Joselito “reaccionó con fuerza matando a los gallos, y sin miedo a las amenazas de muerte”. Además, le dijo al carcelero: “La casa de Dios es para rezar, no para usarla como un establo de animales. Estoy dispuesto a todo. Puede fusilarme. Así me encontraré enseguida en la presencia de Dios y podré pedirle que le confunda”.

6. Su padrino de Primera Comunión mandó asesinarlo

El padrino de Primera Comunión de Joselito fue un hombre llamado Rafael Picazo Sánchez. Picazo tenía un vínculo parental con los Sánchez del Río y era cercano a la familia. Lamentablemente, enceguecido por los mismos principios ideológicos del presidente Calles y su odio a la Iglesia, Rafael Picazo fue el responsable del encerramiento de Joselito y quien ordenó asesinarlo. Además, se le considera el autor intelectual del martirio del pequeño santo.

7. Le arrancaron la piel de los pies

En un inicio, Rafael Picazo no tenía intención de asesinar al muchacho, así que le hizo varias propuestas tentadoras para que renegara de su fe católica. Ofreció inscribirlo en la prestigiosa escuela militar del régimen e incluso mandarlo a Estados Unidos. Sin embargo, José rechazó toda “alternativa”.

Entonces, Picazo decidió pedir a la familia cinco mil pesos de oro por la liberación del joven cristero. Su padre reunió el dinero, pero José le rogó que no accediera al chantaje porque ya había ofrecido su vida a Dios y “su fe no estaba a la venta”.

Dos testigos del martirio relataron que, ya en el mesón o taberna, los soldados le arrancaron la piel de la planta de los pies con una navaja. Después lo hicieron caminar descalzo hasta el cementerio, mientras lo golpeaban. Querían a toda costa que en un momento de debilidad Joselito se rindiera, pero no lo lograron.

Ya en el cementerio, lugar para la ejecución, el jefe de los soldados ordenó apuñalarlo para que no se oyeran disparos. A cada puñalada José gritaba: “¡Viva Cristo Rey!”, “¡Viva Santa María de Guadalupe!”, tras lo cual, el jefe cambió de opinión y le disparó dos veces en la cabeza. Eran las 11:30 p.m del 10 de febrero de 1928.

https://www.aciprensa.com/noticias/61750/7-datos-sobre-el-joven-martir-san-jose-sanchez-del-rio

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