Francisco recibió en la Casa Santa Marta a una delegación de la red «Talitha Kum», instándolos a comprometerse para hacer frente a la «innoble» explotación de millones de personas. «El comercio de cuerpos, la explotación sexual, incluso de niños y niñas, y el trabajo forzado», afirmó, son «una gravísima violación de los derechos humanos fundamentales», y es necesario «llamar a todos a sus responsabilidades» para hacer frente a «esta forma de criminalidad que lucra sobre la piel de las personas».
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
No se puede «permanecer indiferente» ante el «drama» de la trata, que hoy, en todo el mundo, «se cobra millones de víctimas», «no se detiene ante nada» y «encuentra siempre nuevos modos de insinuarse en nuestras sociedades». Francisco lanzó la advertencia desde la Casa Santa Marta, donde, en estos días, está teniendo las audiencias a causa de una bronquitis.
Reunido con la delegación de la red «Talitha Kum» con motivo de la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas -que instituyó en 2015 y cuya promoción fue encomendada a la misma red, la Unión Internacional de Superioras Generales (Uisg) y la Unión de Superiores Generales (Usg) – que se celebra mañana, 8 de febrero, en la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, «víctima de esta terrible lacra social», el pontífice instó también a unir «fuerzas» para «llamar a cada uno a sus responsabilidades, para luchar contra esta forma de criminalidad que gana sobre la piel de las personas más vulnerables».
No podemos aceptar que tantas hermanas y hermanos sean explotados de manera tan deleznable. El comercio de cuerpos, la explotación sexual, incluso de niños y niñas, y los trabajos forzados son una vergüenza y una violación muy grave de los derechos humanos fundamentales.
Ayudar a víctimas y supervivientes
Pero la historia de Santa Josefina Bakhita, para el Papa, demuestra que «a pesar de la injusticia y el sufrimiento padecidos, con la gracia del Señor», es «posible romper las cadenas, volver a ser libres y convertirse en mensajeros de esperanza para otros que están en dificultades». Como lo son quienes forman parte de la red internacional «Talitha Kum», llegados a Roma desde distintos países para la semana de formación, oración y reflexión, que comenzó el 2 de febrero y ha concluido hoy, y que ha sido concebida en el contexto de la Jornada contra la Trata. Francisco pidió compromiso para que se pueda ayudar a quienes han sufrido maltratos y abusos, y a los numerosos «jóvenes embajadores contra la trata» dirigió su gratitud, felicitándoles también por la «creatividad y energía» con las que encuentran «siempre nuevos caminos para sensibilizar e informar».
Animo a todas las organizaciones de esta red y a todas las personas que la componen a que sigan aunando esfuerzos, poniendo a las víctimas y supervivientes en el centro, escuchando sus historias, atendiendo sus heridas y amplificando sus voces. Esto significa ser embajadores de la esperanza; y espero que en este Jubileo muchas más personas sigan su ejemplo.