Al recibir a los miembros de la Fundación, el Papa los exhortó a unir la contemplación con las obras concretas de misericordia, con especial atención a «los últimos»
Edoardo Giribaldi – Ciudad del Vaticano
La Red Mundial de Oración del Papa encarna el doble espíritu del Jubileo, uniendo la contemplación a las obras de misericordia dirigidas a «los últimos». Hoy, 23 de enero, el Papa Francisco recibió a los miembros de la Fundación en la Sala de los Papas, subrayando el valor de esta misión.
El Corazón de Jesús, junto al nuestro
En el corazón de la obra pontificia se encuentra la encíclica Dilexit nos, calificada de «alimento sustancial» para el camino espiritual y operativo de la organización dirigida actualmente por el padre Cristóbal Fones. Francisco dedicó un pensamiento especial a su predecesor, el padre Frederic Fornos, cuya creatividad permitió a la Fundación seguir adelante por el «camino del corazón», uniendo el de Jesús al nuestro, «herido por el pecado» pero transformado por el amor.
Combinar oración y compasión
La sensibilidad de cada persona es ayudada por María, que «nos enseña a guardar en el corazón las palabras y los gestos de Jesús». «No olviden esta palabra: custodiar», añadió el Papa. El Espíritu Santo ofrece también el «agua viva», sin la cual no es posible un auténtico progreso espiritual.
La Red Mundial de Oración aportará una contribución muy importante al Jubileo, ayudando a las personas y a las comunidades a vivir su espíritu, como un camino en el que se conjugan inseparablemente la oración y la compasión, la oración y la cercanía a los últimos, la oración y las obras de misericordia.