sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar.
22 Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
23 Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24 « ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»
25 Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
26 Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
27 Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»
28 Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea. (Mc. 1, 21b-28)
En cuanto Jesús comienza a desplegar su gracia haciendo el bien en su entorno, tiene su aparición en escena el Maligno. Hoy, es en una sinagoga de Cafarnaúm donde hay un hombre poseído por Satanás. El poseso, no habla por sí mismo, ha perdido su personalidad y es otro el que habla y obra en él: es un espíritu diabólico. Pero, ante la presencia de Jesús, el Santo de Dios, Satanás da la cara y habla por sí mismo: “¿qué hay entre tú y nosotros, es qué vas a acabar con nosotros?”. El Maligno, sabe que con Dios nada puede, está derrotado y tampoco con Jesús y los que le pertenecen. Por esto, no hay que temerle, temamos más bien al que puede arrojarnos con estos espíritus eternamente, fuera de la presencia y el Amor de Dios. Así que, el “don de temor de Dios”,es nuestra coraza y fortaleza: ¡nada, nada haremos que desagrade a nuestro Señor Jesús, el Bien absoluto para nosotros!. Él, nos ama y ha dado su vida por cada uno de nosotros. Con espíritu de amor y gratitud a nuestros Salvador, ¿qué hemos de temer?.
En esta escena evangélica, el espíritu del mal es expulsado de este pobre hombre, víctima de su poder y por la Palabra de Jesús: “!cállate y sal de él!”, vuelve el poseído a ser libre y recupera su personalidad y su voluntad de seguir a Jesús, su Sanador. ¡Todos estaban estupefactos ante estos milagros inauditos!.
En los principios de la predicación de Jesús, se multiplican lascuraciones y hechos maravillosos. ¡No olvidemos que, el mismo Jesús en la sinagoga de Nazaret inauguró “este año de gracia del Señor “ y, así lo está cumpliendo!.
Se oye decir alguna vez: “si yo hubiera vivido en tiempos de Jesús, lohabría seguido y, amado como el primero”. Pero, esto es no conocer lo que fue sucediendo con su predicación y la denuncia de los poderes injustos: poco a poco se le fue rechazando hasta llegar a colgarlo en una cruz. Y tampoco es conocer el corazón humano. Jesús, sí le conoce, por esto, nos asiste con su gracia para llegar a ser santos, pasando de pecadores a justos. La perseverancia en el bien, es don de Dios que tenemos que pedir cada día porque, “confirmados en gracia” no somos ninguno, excepto la Virgen María, la Madre de Jesús, que, por un privilegio extraordinario, fue preservada de toda culpa. A Ella también nos acogemos porque “llena de gracia”, puede repartirla a todos los que se acogen a Ella. ¡Su poder con los pecadores es inmenso y ninguno se alejó de su presencia sin ser protegido y bendecido por su mano!.
¡Señor, nosotros creemos que Tú eres el Hijo de Dios y que nos has amado hasta el final, perdonándonos, por la fuerza de tu Sangre, todos los pecados que habían merecido el apartarnos de Ti, pero tu amor es inmenso y creemos que estamos salvados por él! ¡Líbranos del Maligno, Jesús! ¡Amén! !Amén!