Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿DÓNDE EDIFICAMOS?
Han comenzado las obras en la tienda del monasterio y hemos tenido que derribar una pared y dos pequeños muros. Me impresionaba mucho ver trabajar a los obreros. Tiempo atrás, otros albañiles habían trabajado para levantar esa pared. Ahora, con una gran maza, en poco tiempo y comenzando por arriba, la han ido derrumbando. Con cada golpe, ladrillos y cemento caían al suelo.
Cuántas veces me han dicho que construir cuesta mucho, pero destruir es mucho más rápido. Ahora lo estoy viendo y recordaba esta frase de mi madre maestra.
¿Quién no ha vivido alguna vez una situación, una relación de amistad, de familia o de trabajo, donde, con mucho esfuerzo y poco a poco, se ha ido levantando y construyendo algo, para que luego lleguen los malos entendidos o las situaciones complicadas, y todo se derrumbe?
Jesús habló de esto a Sus discípulos cuando les enseñó sobre dónde edificar una casa: sobre arena o sobre roca. Jesús comparaba al hombre sensato con aquel que edifica sobre roca, porque, aunque vengan las lluvias y los vientos, esa casa no caerá.
Edificar tu vida en Jesús es construir sobre tierra firme. Cuando caminamos en la fe en Jesús, una de las cosas que Él nos regala es la certeza de Su existencia.
¿Alguna vez has dudado de si el Señor existe o si es simplemente una invención nuestra para tranquilizarnos? A medida que hacemos experiencia del amor del Señor en nuestra vida, la certeza de Su existencia se hace cada vez mayor, hasta el día en que nos encontremos con Él cara a cara.
Si Él ha estado con nosotros siempre, aunque a veces no lo veamos, me pregunto: ¿Por qué ahora dejaría de estarlo? En Dios no existe la contradicción: si Él dice “sí”, es un “sí” para siempre. Si dice que te ama, te ama siempre.
Esta es nuestra seguridad y el fundamento sobre el cual podemos construir, porque nada ni nadie podrá derrumbarlo. Todo lo que construimos está inscrito en el cielo; allí, ni la polilla ni la carcoma podrán destruirlo, como dice Jesús. Lo importante es saber dónde construimos nuestra vida.
Hoy el reto del amor es hacer un acto de fe en Jesús.