Konaté Hernández/PERIÓDICO SAGRADA FAMILIA
Cancún, Quintana Roo.— El bautismo es un don, un regalo, un tesoro, es una gracia recibida de Dios, desde pequeños, indico Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., en el marco de la Solemnidad del Bautismo del Señor en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad en Cancún.
Cuestionó, ¿por qué nos bautizaron muy pequeños?, porque los papás entienden que es como abrir una cuenta de ahorros en un banco, es un regalo, respondió.
Una cuenta en el banco que el día de mañana el niño aprovechará, y no esperar a ver si le gusta o no el guardadito, la cuentita. Así lo entienden los papás como una forma de dar gracias a Dios de la misma manera que lo hiciera Jesucristo, al abrirse los cielos y escuchar una voz que dijo —este es mi Hijo muy amado, en quien me complazco—, mencionó.
Con el Bautismo, Dios nos reconoce como sus hijos amados, predilectos y se complace en nosotros, al hacernos hijos y participes de su naturaleza Divina. Nos toca a nosotros corresponder a su amor que nos llena de su gracia, misericordia y complacerle como Jesucristo —Yo hago siempre todo lo que complace a mi Padre, porque me ama y siempre hago lo que le agrada.—
Respecto a la Jornada de Oración durante 40 días, recomendó que orar es el mejor recurso porque se pone la confianza, esperanza e ilusión en Dios que siempre escucha las oraciones. Harán bien pedir también por la paz, seguridad, tranquilidad y el respeto a los derechos humanos, a la libertad, es una buena petición.
Una jornada de oración para liberar al pueblo del comunismo. Hoy el mundo está en vilo, a nivel internacional muchas naciones no reconocen al actual mandatario, porque no ha enseñado las boletas. En el momento que lo haga, lo reconocerán, de lo contrario no lo harán. Pero bueno, allá ellos, ¿verdad?, que se las arreglen, porque como sabemos hay regímenes que solo les importa el poder por el poder, mantenerlo, crecer, dominar y seguir con la dictadura y la bota encima del ciudadano.
El pueblo de Venezuela, quiere ser libre, tener libertad religiosa, de expresión, pensamiento, conciencia, libertad cívica y que se respete su derecho humano fundamental en todos los aspectos de la vida, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C.