En su primera catequesis del año nuevo 2025, el Santo Padre reflexiona sobre los niños, «don de Dios», y denuncia la triste realidad de muchos menores que mueren a causa del hambre, de las catástrofes y de la guerra. Asimismo, exhorta a no privarlos de sus sueños.

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

«La plaga del trabajo infantil» fue el tema central de la reflexión del Papa Francisco este miércoles 8 de enero, durante su primera catequesis del año nuevo 2025 en la Audiencia General en el Aula Pablo VI. El Santo Padre destacó que, aunque hoy somos capaces de proyectarnos hacia Marte o de explorar mundos virtuales, nos cuesta reconocer el sufrimiento en los ojos de un niño abandonado, explotado y abusado.

En este contexto, el Pontífice subrayó la contradicción de un siglo que, mientras avanza en la creación de inteligencia artificial y en la posibilidad de existencia multiplanetaria, aún ignora la grave herida de la infancia humillada, explotada y mortalmente dañada. «Pensemos en esto», pidió el Obispo de Roma.

El Santo Padre desarrolló el mensaje que brinda la Sagrada Escritura sobre los niños y planteó que «son un regalo de Dios». No obstante, remarcó que este don no siempre es tratado con respeto. «La Biblia misma, prosiguió, nos conduce por los caminos de la historia donde resuenan cantos de alegría, pero también se elevan los gritos de las víctimas».

A su vez, el Sucesor de Pedro precisó que la tormenta de violencia de Herodes estalla inmediatamente también sobre Jesús recién nacido, que masacra a los niños de Belén. Se trata de «un drama oscuro que se repite de otras formas en la historia», acotó. «Y aquí, para Jesús y sus padres, la pesadilla de convertirse en refugiados en un país extranjero, como les sucede a muchas personas hoy, tantos niños», añadió.

Luego, el Pontífice manifestó que hoy en particular, hay demasiados niños obligados a trabajar. Sin embargo, puntualizó que un niño que no sonríe y no sueña no podrá conocer ni dejar florecer sus talentos.

“En todas partes de la tierra hay niños explotados por una economía que no respeta la vida; una economía que, al hacerlo, quema nuestro mayor depósito de esperanza y amor.”

Para Francisco, quienes se reconocen hijos de Dios, y especialmente quienes son enviados a llevar a los demás la buena nueva del Evangelio, no pueden permanecer indiferentes. 

“No podemos aceptar que los hermanitos, en lugar de ser amados y protegidos, sean despojados de su infancia, de sus sueños, víctimas de la explotación y la marginación.”

Finalmente, animó a pedir al Señor que abra nuestra mente y nuestro corazón al cuidado y la ternura, y bregó por que «cada niño y niña del mundo pueda crecer en edad, sabiduría y gracia, recibiendo y dando amor».

https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2025-01/papa-catequesis-ninos-audiencia-general-8-enero-2025.html

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