El sacerdote dio esta clara respuesta sobre la sexualidad a los ojos de la Iglesia Católica.
La castidad y la sexualidad son temas que suelen generar controversia, especialmente entre los jóvenes. ¿Qué piensa la Iglesia Católica sobre las relaciones antes del matrimonio? La respuesta del Padre Ignacio Amorós a esta inquietud se ha vuelto viral.
En un reciente episodio del podcast “Tómatelo con Vino”, el Padre Amorós, director de Se Buscan Rebeldes y colaborador de Word on Fire, conversó con María Fernández-Rubíes y Rocio Irisarri sobre la felicidad, el celibato y la Iglesia Católica.
Durante la conversación, Irisarri le planteó una pregunta al sacerdote, una duda que tuvo durante una clase de religión en su colegio católico: “¿si tengo relaciones sexuales antes de casarme voy a ir al mismo sitio que un asesino?”.
“Porque yo soy buena persona, cuido a mi familia, cuido a mis amigos, ayudo a los demás, y por un acto de amor voy a ir al mismo sitio que un asesino. Y [el profesor] me dijo: ‘sí, porque es pecado y os vais al infierno’. Y a mi ahí algo me hizo click, dije: a mi me parece esto un poco raro”.
Para abarcar la pregunta, el P. Amorós empezó resaltando la importancia de enseñar la fe desde lo esencial y lo positivo.
“Me gusta proponer la fe en positivo, porque Jesús la proponía en positivo, para que fuéramos felices, para que amaramos, para que tuviéramos un propósito. El gran problema de la gente hoy no es si tengo o no tengo relaciones; es: ‘tengo una razón para levantarme de la cama cada mañana’. Entonces, es dar un propósito profundo”.
Con esta base, el sacerdote dio esta clara respuesta sobre la sexualidad a los ojos de la Iglesia Católica.
“La visión católica de la sexualidad es muy buena, pero te invita a vivirla ordenada en el amor, porque tiene mucho poder, mucha pasión. Y, además, es fácil que cuando entra el sexo en el noviazgo, a veces comience a ser un poquito más posesivo; le afecta más a la mujer que al hombre.
Pero, ¿cómo nos lo enseña la Iglesia? Yo diría: ¿Cuál es el ideal de santidad? Y luego, uno cómo lo va luchando. Te dice que no mientas, que no murmures ni hables mal de la gente, y son cosas más graves, incluso a veces, de caridad. Te invita a querer a tus padres y a no albergar resentimiento hacia nadie, o sea, cosas mucho más potentes.
Entonces, la Iglesia nos marca un camino único de santidad y te dice que, en las relaciones sexuales, la mejor manera que te propone Dios y la Iglesia es vivirlas entregando tu cuerpo cuando has entregado totalmente tu alma, comprometiendo tu libertad y abriéndote a la vida.
Entonces, cuando tú vas a decir: ‘Pero es que la quiero mucho’, yo digo: ¿La quieres mucho? Entonces, si la quieres, le entregarías lo más valioso que tienes. ¿Qué es lo más valioso que tienes? Tu libertad y tu futuro, y, dos, tu capacidad de ser madre —o tu capacidad de ser padre.
Entonces, a un chico le digo: ¿Tú la quieres mucho? Por supuesto que sí, y buscas su bien. Pero no tanto, porque lo más valioso que tienes todavía no se lo entregas: mi capacidad de maternidad y mi libertad comprometida. Y es ahí donde la Iglesia dice: ‘Este es el mejor ambiente para poder entregar el cuerpo’”.