Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
LA NAVIDAD
Ya estamos sumergidas en las felicitaciones de Navidad. Un tiempo muy especial para dedicar un momento a todas las personas que quieres.
Esta tarde he dedicado un buen rato a poner el remite en las cartas. Me daba cuenta de que un sobre sin remite no tiene dueño. Puedes enviarla y viajará hasta llegar a su destino, pero si surge alguna incidencia, no tiene a dónde volver. El remite indica que ese sobre tiene un dueño, alguien a quien recurrir en caso de problema. Incluso, antes de abrir una carta, miramos el remite para saber quién la envía.
Mientras los escribía, daba gracias al Señor porque mi vida también tiene dueño. Ya no tengo que andar errante y sin sentido. Jesús se hace Hombre, sin dejar de ser Dios, para decirnos que nos ama y que nuestra vida tiene un propósito y una dirección clara.
Vivir sin rumbo es algo que nos agobia, que nos genera angustia e incertidumbre. ¿Te has preguntado alguna vez cuál es el sentido de tu vida? ¿Te has planteado de dónde vienes y hacia dónde vas? Esto es la Navidad: la respuesta a esas preguntas. Con el nacimiento de Cristo, todo cobra sentido. Todas nuestras preguntas encuentran respuestas.
Jesús viene para alcanzar lo que tú no puedes, para amar donde tú no puedes amar. Estos días escuchaba a alguien decir: “No me gusta la Navidad; tenemos que estar contentos porque sí”. Le respondí que la Navidad cobra sentido cuando vives desde el amor de Cristo. Las fiestas adquieren un propósito porque celebramos el mayor regalo que Dios nos ha dado. Vivir la Navidad en Cristo es la clave para encontrar la felicidad en estos días.
Hoy, el reto del amor es hacer dos llamadas de teléfono para desearles a dos personas una feliz Navidad en Cristo. No permitas que la tristeza se quede en tu vida. ¡Nace la Vida para darte vida!
VIVE DE CRISTO