Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
MISERICORDIA
En el último reto te dije que había podado una planta. Desde entonces estoy como una tonta, cada vez que paso por delante, mirándola casi con lupa. Por un lado, por ver si se secan las hojas que le quedan (señal de que la he matado) y, por otro, ¡para ver si salen nuevos brotes!
Claro que también me digo que soy una exagerada: ¡¡se supone que hay que esperar a primavera!! Pero, por más que me lo razono, ahí vuelvo, una y otra vez, hasta que, ayer… ¡¡lo vi!!
Pequeño como una cabeza de alfiler… ¡¡estaba el primer brote!! ¡Ahora, en pleno noviembre!
Evidentemente, mi arbusto anda un poco desorientado con las estaciones… ¡pero para mí ha sido un signo de la misericordia del Señor! Creo que Él ha querido dejarme una “señal de esperanza”, ¡incluso cuando no es tiempo! Si hay brotes, ¡la planta está viva!
De pronto me he dado cuenta de que exactamente igual sucede en nuestra vida. A todos nos encantaría saber de inmediato si nuestras podas, nuestras decisiones, son acertadas o no, sin necesidad de esperar a la primavera.
Ciertamente, al Señor le gusta respetar los tiempos, pero también es verdad que Él es bueno, profundamente bueno, y no quiere que caminemos a tientas: ¡nos va dando pequeñas señales para que descubramos si vamos bien!
El punto es ese: son pequeñas.
Si he descubierto ese brote ha sido porque me he parado muchos ratos ante la planta. Del mismo modo, solo si “paramos” nuestros caminos ante el Resucitado descubriremos Su huella, Su señal… No veremos brotes verdes, pero sí “destellos de luz” que vencen nuestra oscuridad, pequeños, pero seguros, porque Él nos ha prometido: “Tus oídos oirán una palabra a tus espaldas que te dice: «Este es el camino, camina por él»” (Is 30, 21).
Hoy el reto del amor es detener tus pasos para revisar tu camino. ¿Cómo se siente tu corazón hoy? Recuerda que las huellas del Señor son el gozo y la paz, y que Él nunca nos deja solos: ¡sigue Su pista, encuentra Sus señales!
VIVE DE CRISTO