Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
LLENAS PARA DAR
Estuve hablando con una señora; me compartía cómo, a sus 80 años, se dedicaba a ayudar a los demás en distintos sitios. Hubo un momento en que me dijo:
“Esto se lo debo a mi padre, es lo que me enseñó. Y cuando le preguntaba: ‘¿Cómo sabré si he aprendido bien?’, él me respondía: ‘Lo sabrás si tus manos siempre están llenas para dar’”.
“Tus manos siempre llenas para dar”… esta frase me viene a menudo al corazón. Cuando una Hermana me pide un favor, cuando veo una necesidad… Es muy sabia, porque el Señor te llena las manos cada día para dar, y en esa entrega encontrarás alegría y felicidad.
Lo que el Señor te pone en las manos no depende de tu edad, salud, sabiduría o posibilidades económicas. Es más profundo, y cuando lo das siempre florece, pues responde a las necesidades más profundas de los que te rodean: tiempo, escucha, compañía, dedicación, interesarte…
Lo que Jesús te pone brota de Su corazón y lo pone en el tuyo para que seas Sus manos que consuelan, Sus pies que acompañan, Su Amor concreto en el mundo.
Jesús vivió con las manos siempre abiertas para dar acercándose a los enfermos, consolando a los que sufrían, y amando sin medida. En cada gesto, Él muestra Su Amor. Nos enseñó que dar es el camino hacia la verdadera alegría, una alegría que brota de un corazón que se entrega sin reservas.
Mira tus manos, están vacías, ¿verdad? Extiéndelas en este momento y dile a Jesús: “Llénalas Tú para que pueda dar”. Experimenta en este día que la meta más bella y plena de la que podemos vivir es el Amor. Jesús nos regala un nuevo día, que ahora empezamos en Su presencia, para que apuestes por el amor tengas las circunstancias que tengas.
Hoy, el reto del amor es que siempre tengas algo para dar. Pídele a Jesús ver qué puedes dar de ti a cinco personas con las que te encuentres en el día de hoy. Al finalizar el día, pregúntale a tu corazón si ha merecido la pena.
VIVE DE CRISTO