«Siempre llevo una medalla de San Cristóbal porque me ayuda a seguir adelante”.

¿Has escuchado sobre la medalla de San Cristóbal? Conoce este sacramental dedicado al patrono de los viajeros y peregrinos, y que el Papa Francisco siempre lleva consigo.

Este 7 de noviembre, el Santo Padre tuvo una audiencia con militares del Cuerpo de Transporte y Materiales del Ejército Italiano, en el marco del 70° aniversario de la proclamación de San Cristóbal como su patrono.

Durante esta reunión, el Papa Francisco señaló que él también es devoto de este santo. 

“Yo también soy devoto de San Cristóbal; siempre llevo una medalla de San Cristóbal porque me ayuda a seguir adelante”.

¿Quién fue San Cristóbal?

San Cristóbal de Licia es una prominente figura de los cristianos de los primeros siglos. Su medalla es muy popular actualmente, donde se lo representa con el niño Jesús sobre los hombros, mientras cruza las aguas de un río apoyado en un bastón.

Vatican News indica que, según la tradición, el nombre real del santo era Reprobus, un hombre de gran altura que deseaba servir al más poderoso rey. 

“Llegado a la corte de un rey que se consideraba invencible, se puso a su servicio; pero un día vio que el monarca se santiguaba ante la mención del diablo. Le preguntó el por qué, y el rey le dijo que tenía miedo del diablo, por lo que cada vez que lo oía nombrar, hacía el signo de la cruz buscando protección.

El gigante entonces se puso a buscar al diablo, considerándolo más poderoso que el rey. No tardó en encontrarlo, y comenzó a seguirlo y a servirlo. Pero un día, pasando por un camino en el que había una cruz, el diablo cambió de ruta. Reprobus le preguntó el motivo, y el diablo admitió que se veía obligado a escapar asustado ante la cruz, porque Cristo había muerto sobre una cruz. Entonces Reprobus lo abandonó para buscar a Jesucristo”.

El santo conoció a un ermitaño que lo instruyó en la fe y le sugirió que ayudara a los viajeros a cruzar un río peligroso, ya que este servicio complacería a Cristo. 

“Un día, el gigante escuchó una voz infantil que le pedía ayuda: era un niño que deseaba pasar a la otra orilla. El gigante lo cargó sobre sus hombros y comenzó a atravesar las aguas tumultuosas; pero a medida que avanzaba, el peso del niño aumentaba, hasta el punto de que solo con un gran esfuerzo consiguió alcanzar la orilla opuesta. Allí el Niño le reveló su identidad: era Jesús, y el peso que el gigante había sostenido era el del mundo entero, salvado por la Sangre de Cristo”.

Gracias a esta leyenda, la tradición lo nombró “Cristóbal”, que proviene del griego “Christophoros”, que significa “portador de Cristo”, o “el que lleva a Cristo”.

San Cristóbal es considerado patrono de los barqueros, los peregrinos y los viajeros. Muchos tienen la costumbre de llevar medallas o imágenes de este santo en sus automóviles para buscar su protección en el camino.

Murió mártir

La tradición indica que luego de encontrarse con el Niño Jesús, fue bautizado en Antioquía, y se dedicó a ayudar a los cristianos perseguidos de Licia.

Mientras se encontraba en esta ciudad, fue tomado prisionero y torturado por no querer renunciar a su fe. Finalmente murió degollado.

https://es.churchpop.com/la-medalla-de-san-cristobal-un-sacramental-que-el-papa-francisco-lleva-siempre-consigo

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