Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
RESPETANDO EL TIEMPO DE CADA COSA
Esto es precisamente lo que creo que el Señor ha tratado de enseñarme esta última semana: la importancia de respetar el tiempo para cada cosa.
Lo que me sucedió fue que trataba de dar un paso más con las hojas de cálculo para que nuestro trabajo funcione de manera más automatizada y ligera. Estas cosas llevan su tiempo, y esto lo tenía muy claro, pero la cuestión no era el tiempo.
Lo que me sucede a mí es que, cuando tengo algo así por resolver, ya no veo otra cosa: mi mente está constantemente en ello, saco tiempo extra para volver sobre ello, descanso menos… y todo esto sin terminar de resolverlo. Y claro, lo demás se me va haciendo como una “bola”, porque otras cosas importantes quedan a un lado, para luego resolverlas rápidamente y sin tiempo.
Cuando me di cuenta de que me estaba sucediendo esto, frené en seco y decidí darle su tiempo. A la vez, traté de que mi mente estuviera en cada momento donde estoy, ya sea alabando al Señor en el coro, escuchando a una persona o realizando otras tareas. Así recuperé rápidamente mi horario, las tareas que realizo cada día, y tuve tiempo para los demás y para otras cosas que también me gusta hacer.
Al hacer esto, pude experimentar que el Señor es “Señor del tiempo” y que Él da la Gracia para cada cosa a su momento. El culmen de esta experiencia fue que, en el momento oportuno, cuando sí tenía que dedicarme a las hojas de cálculo, lo que llevaba una semana tratando de lograr se resolvió fácilmente en esa hora.
No podía estar más claro: ¡si dedico una hora, pero con Él, las cosas salen de otra manera!
Hoy, el reto del amor es darle a cada cosa su tiempo. Pídele al Señor que te regale ver con claridad cuáles son tus prioridades, qué personas tienes a tu lado, qué cosas tienes que hacer y qué cosas te gustaría hacer… y con Él, descubre que el tiempo de cada cosa es un tiempo de Gracia.
VIVE DE CRISTO