Por David Ramos
En un hecho no muy conocido, el Arcángel San Miguel se apareció en México en
1631, en el pueblo de San Bernabé Capula, en el actual estado de Tlaxcala.

El 25 de abril de ese año, el Arcángel San Miguel se le apareció a Diego Lázaro
de San Francisco, que tenía entonces unos 17 años. Fue la primera de las tres
apariciones que vio el joven.

Actualmente, el Santuario de San Miguel del Milagro se encuentra en el poblado
del mismo nombre, en el municipio de Nativitas.

El primer encuentro: Diego y el Arcángel San Miguel
De acuerdo a la tradición, el Arcángel San Miguel se le apareció al joven Diego
mientras éste participaba en una procesión por la Fiesta de San Marcos.

En ese encuentro, el Arcángel le dijo al joven: «Has de saber hijo mío, que yo soy
San Miguel Arcángel. Vengo a decirte que es voluntad de Dios y mía que digas a
los de este pueblo y su contorno, que en esta quebrada que hacen dos cerros y es
aquella que esta frente a este lugar, hallarán una fuente de agua milagrosa para
todas las enfermedades, la cual está debajo de una peña muy grande. No dudes
de lo que te digo, ni dejes de hacer lo que te mando».

Sin embargo, Diego dudó de la aparición y, temiendo que no le creyeran, decidió
no hacer lo que le dijo el Arcángel.

Según se recuerda del Santuario de San Miguel Arcángel, «en castigo de su
desobediencia», al joven «le sobrevino una mortal calentura en las entrañas».

La fuente milagrosa: Curación y fe
Gravemente enfermo, en la medianoche del 7 al 8 de mayo de 1631, el Arcángel
se le apareció nuevamente a Diego, lo sanó y lo llevó al lugar donde habría de ser
levantado el Santuario. Una tercera aparición se realizó el 13 de noviembre.

El joven recogió agua de la fuente y la llevó ante el obispo local quien, a su vez,
como parte de su investigación de la aparición, la repartió entre algunos enfermos.
Según la tradición, aquellos que bebieron de esa agua quedaron curados.

Esa fuente es conservada en el lugar hasta la actualidad.
El Santuario de San Miguel del Milagro: Historia y devoción
Algunos años más tarde, el entonces Obispo de Puebla, el Beato Juan de Palafox,
ordenó construir el actual Santuario de San Miguel del Milagro.

En la localidad, este acontecimiento se recuerda con grandes festejos,
especialmente el 29 de septiembre, en la fiesta litúrgica de los Santos Arcángeles
Miguel, Rafael y Gabriel.
Algunos peregrinan al santuario caminando durante días, mientras que otros usan
bicicletas o llegan en autobuses, en multitudes y siempre con un profundo
ambiente de oración.

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