26 de Agosto
Fue el primer Papa que habló en primera persona y no utilizó el plural mayestático, llevando también a la sede de Pedro su anterior actividad pastoral, llevada a cabo siendo cercano a la gente, capaz de escuchar, empático.
El Papa Juan Pablo I fue un hombre de sólida y profunda cultura, pero nunca elitista, capaz de filtrarla a través de una auténtica actitud de humildad. Humilitas fue, de hecho, su lema episcopal, inspirado en el de San Carlos Borromeo, que también quiso en el escudo papal, junto con las tres estrellas, símbolo de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
Albino nació en Canale d’Agordo, en la zona de Belluno (Italia), el 17 de octubre de 1912. La suya era una familia pobre, lo que, como él recordaba, le permitió conocer el hambre y así, más tarde, comprender las necesidades de la gente.
A los 11 años ingresó en el seminario interdiocesano y cinco años más tarde en el Seminario Gregoriano de Belluno para cursar estudios de bachillerato, filosofía y teología. En 1935 recibió el diaconado y ese mismo año fue ordenado sacerdote. En otoño de 1937, cuando sólo tenía 25 años, el padre Albino fue llamado a Belluno para desempeñar el cargo de vicerrector del Seminario Gregoriano y, al mismo tiempo, impartir clases de bachillerato y teología.
Y desde aquí recorrió toda la jerarquía eclesiástica: obispo en Vittorio Veneto en 1958, Patriarca en Venecia en 1970 y en 1973, de manos de Pablo VI, cardenal.
Finalmente, fue elegido Papa el 26 de agosto de 1978 con el nombre de Juan Pablo I en honor de sus dos últimos predecesores. Murió aproximadamente un mes después, con sólo 65 años, el 28 de septiembre de 1978.
Inmediatamente después de la muerte del Papa Luciani, llegaron peticiones de fieles de muchas partes del mundo para la introducción de la causa de canonización. El proceso comenzó en 1990 y concluyó el 13 de octubre de 2021, cuando el Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto relativo a un milagro atribuido a su intercesión.
El 4 de septiembre de 2022, el Papa Francisco proclamó en la Plaza de San Pedro que «el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo I, Papa, sea llamado en adelante Beato y que sea celebrado cada año en los lugares y según las reglas establecidas por la ley el 26 de agosto».
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