Al final de la audiencia general, nueva invitación del Papa a recordar a «la martirizada Ucrania que tanto sufre», Myanmar, Sudán del Sur y Kivu del Norte: «Y no olvidemos Palestina e Israel: que allí haya paz».
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Es un sentido llamamiento a la paz el que el Papa Francisco, preocupado por los numerosos conflictos en el mundo, hace al final de la audiencia general. Pronunciando unas palabras tras saludar a los peregrinos italianos, el Pontífice exhortó a no olvidar a «la atormentada Ucrania que tanto sufre», y a las naciones donde todavía hay combates.
No olvidemos Myanmar, Sudán del Sur, Kivu del Norte y tantos países que están en guerra.
La invitación a rezar por la paz
Mientras no se detiene el avance del ejército de Moscú en Donetsk y el de las fuerzas de Kiev en territorio ruso, y se espera que Hamás e Israel lleguen a un acuerdo de alto el fuego en Gaza, Francisco nos pide una vez más que recemos por el cese de las armas.
Recemos por la paz. Y no olvidemos Palestina e Israel: que haya paz allí.
Necesitamos los frutos del Espíritu
El Papa invocó también la paz al saludar a los fieles de lengua polaca presentes en el Aula Pablo VI, subrayando cuán necesarios son hoy los frutos del Espíritu en las diversas dimensiones sociales.
Nuestro mundo, marcado por guerras y divisiones, necesita más que nunca los frutos del Espíritu Santo. Empezando por vuestras familias y vuestros lugares de trabajo, llevad el amor, la paz y la bondad a vuestra vida cotidiana.
Por último, recordando las peregrinaciones a pie que han tenido lugar en las últimas semanas a Jasna Góra, Francisco deseó que las oraciones de los fieles, por intercesión de María, «concedan al mundo el don de la tan deseada paz».