Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
DEPENDE DE Él
La noche de San Lorenzo, me desperté a las dos de la mañana; es la primera vez que me ocurre, aproveché la gran oportunidad que tenía de ver la lluvia de estrellas; ¡el momento perfecto!
Fui a la huerta, me adentré en una zona oscura y me tumbé bajo las estrellas. Miraba y por más que miraba… nada… abría los ojos atenta y se me empezaron a cerrar por el sueño. Paciencia, era cuestión de paciencia. Cambié tres veces de sitio y nada. Al rato volvía hacia el monasterio sin ver la lluvia de estrellas y con algún picotazo de mosquito.
Entonces, fue entonces cuando estaba volviendo, sin buscarlo cuando “zas” ¡una, vi una!
Cuando había soltado todo, no había nada preparado para que se diese y me la encontré surcando el cielo, ¡maravilloso! Jesús actúa así en nuestra vida.
En el Evangelio, se ve a Jesús rompiendo expectativas de los discípulos, de quienes lo rodean. Momentos en que lo buscaban y no lo encontraban y otros en que se aparecía en medio de las dificultades, cuando estaban desorientados, a aquellos que se sentían pequeños, débiles… a los que consideraban que ya lo habían intentado demasiado y que una “Estrella fugaz” ya no pasaría por sus vidas.
Sin embargo, Jesús, actúa así, cuando menos lo esperas, cuando menos depende todo de ti. Pero nos aferramos a lo que podemos controlar, a las soluciones que parecen estar a nuestro alcance.
La presencia de Jesús en medio de la tormenta no solo calmó las aguas, sino también fortaleció la Fe de los discípulos, mostrándoles que Él estaba con ellos incluso en las situaciones más difíciles. Mt 14, 22-33
Las estrellas fugaces, la verdadera paz y alegría vienen cuando dejamos que Cristo tome el control, cuando nos permitimos ser sorprendidos por Su amor y dejamos que Su luz ilumine nuestra vida.
Hoy el reto del Amor es que descubras una estrella fugaz en tu día. Deja que Cristo se manifieste, suelta el control y, deja que Él ilumine este día con una lluvia de estrellas.
VIVE DE CRISTO