Santísima Virgen María Apurada, que saliste presurosa, con prisas, de tu casa al encuentro de tu prima Isabel para ayudarla y auxiliarla en sus necesidades, te pedimos que tomes las nuestras en tus amorosas manos.
Ven presurosa a ayudarnos, a acompañarnos y a mostrarnos a tu Hijo bendito, que ilumina nuestro caminar hacia la Patria Eterna.
Pero también te pedimos que nos inspires a acudir diligentemente, como tú lo haces, en ayuda del necesitado para llevarle a Jesús, a través del servicio concreto y dar tiempo a los demás.
Asimismo, acudimos a ti para que podamos, con tu intercesión y auxilio, cuidar y atender a las madres que están por dar a luz un hijo, y valorar a las mujeres que asumen la alegría de la maternidad. Amén.