29 de Julio
En la época de Diocleciano, se intensificaron las persecuciones contra los cristianos. Los hermanos de Beatriz, Simplicio y Faustino, fueron asesinados por ser cristianos, y sus cuerpos fueron arrojados al río Tíber desde el puente Emilio, a la altura de la isla Tiberina. El dolor y el miedo debían haber invadido el corazón de Beatriz, que sin embargo siguió buscando los cuerpos de sus hermanos para darles una digna sepultura. Gracias a la ayuda de dos sacerdotes, logró rescatarlos de la corriente del río. Los sepultó en el mismo lugar donde después fue llevado también su cuerpo.
El martirio por Cristo
En efecto, Beatriz sufrió la misma suerte de sus hermanos: fue denunciada como cristiana, encarcelada y, a pesar de las amenazas, perseveró en la fe hasta morir mártir. Otra mujer, Lucina, dio sepultura a Beatriz en la cantera de puzolana donde habían sido enterrados sus hermanos.
La catacumba de Generosa
La catacumba llamada “de Generosa” surgía en la vía Portuense; así, a los santos de esa catacumba se les llamó los Mártires Portuenses. En ella se descubrió una pintura del siglo VI, llamada “Coronatio Martyrum”, en la que se pueden apreciar cinco personajes: en el centro Cristo, que da la corona del martirio a Simplicio, a cuyo lado está Beatriz; a la izquierda se pueden apreciar las figuras de Faustino, con la palma del martirio en una de sus manos, y Rufo.
Las reliquias de la Santa Beatriz y sus hermanos fueron trasladadas al Oratorio de la Iglesia de Santa Bibiana aproximadamente en el año 682, por orden del Papa León II. Cuando esta iglesia fue restaurada, el arca de mármol con los restos de los mártires fue llevada a Basílica de Santa María la Mayor. Parte de las reliquias se encuentran en otras zonas de Europa, la más significativa en Alemania.
Beatriz, un nombre amado
El nombre de Beatriz se ha difundido y amado gracias al culto a la mártir romana. Su difusión creció también a causa de la fama de diversas figuras, como Beatriz Portinari, la mujer que amó Dante Alighieri.
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