Ramón Pretelin Escalera

Los católicos provida madrugaron, al ser los primeros en llegar y apostarse en las dos entradas del recinto legislativo, en la Ciudad de Puebla.

En su mayoría jóvenes, mujeres y adultos mayores, todos religiosos, tenían los nombres de los diputados y la postura que tomarían cada uno, para que al tenerlos frente cuestionarles cuál era su postura respecto al aborto y determinar si los dejarían pasar o no.

Así inicia la crónica el día que el aborto casi no se despenaliza en Puebla. Los diputados planearon su estrategia para ingresar en la Fonda Santa Clara, pero otros tenían enfrentar a los provida.

La despenalización del aborto en Puebla estuvo cerca de no concretarse. Fueron horas de confrontación aguerrida en las calles, cuerpo a cuerpo, entre gritos, reproches, pasiones y estrategias. Los grupos provida defendían con tesón las dos puertas del Congreso de Puebla, mientras las feministas vociferaban a la cara, mientras diputados buscaban la formar de entrar al recinto, en tanto que la escasa policía se mantenía indiferente, sin saber qué protegían.

La cita para los diputados fue a las 9:30 am del 15 de julio, la sesión estaba pactada para iniciar a las 10. Desde las 8:30 am, colectivos a favor y en contra del aborto estaban apostados en la entrada principal del Congreso.

Los religiosos colgaron pañuelos azul cielo, tenían lonas en defensa a la vida que bloqueaban la puerta. Las feministas, en su mayoría vestidas de verde y negro, colocaron un muro de madera de casi 6 metros de largo para pintar sus consignas.

Fue así que los diputados optaron por entrar por la puerta alterna de la 3 Poniente; sin embargo, los antiaborto rodearon la manzana para sitiar esa entrada y evitar su ingreso para frenar la despenalización del aborto en Puebla.

Las diputadas de Morena Yolanda Gámez y Angélica Cervantes fueron las primeras bateadas por los derechistas. Era imposible entrar, el diálogo estuvo de más y los Provida exigían retirar la modificación al Código Penal del orden del día, sólo así liberarían los accesos.

Unos 26 diputados se congregaron en el restaurante, atemorizados, sin saber qué hacer, en la Fonda Santa Clara, sobre la 3 Poniente 307. La reunión que esperaban tener a las 9:30 en el Congreso de Puebla la tuvieron en un lugar improvisado.

Ahí los diputados, pero más las diputadas, veían la forma de ingresar. Varios hombres preferían no intentarlo. La diputada Silva Tanús fue clave para convencer y decir “vamos”, ella apoyó la insistencia que tenían Nora Merino, Mónica Silva, Daniela Mier, Angélica Cervantes, Yolanda Gámez, Carlos Evangelista e Iván Herrera. Los otros diputados se negaban a entrar.

A las 10:30 am los diputados salieron de la fonda, sin querer se alinearon en dos. La diputada federal Julieta Vences acompañó el momento y se agarró codo a codo con Daniela Mier. Así se perfilaron a entrar, pero se toparon con un primer bloqueo. Después de unos empujones lograron cruzar la calle 3 Sur y se dirigieron a la puerta alterna, que permanecía blindada por los católicos y elementos de la Policía Estatal Preventiva.

Con el ánimo que venían las diputadas que encabezaban el contingente intentaron entrar, pero fueron repelidas por los antiaborto que festejaron su primer logro. Los hombres no sólo se alejaron de la situación, sino que se resguardaron en la sombra: Eduardo Castillo, Roberto Solís, Jaime Natale, Edgar Garmendia, Eduardo Alcántara y César Enrique Hernández.

Ante la mirada expectativa de diputados que preferían claudicar, Silva, Mier y Vences se dieron un segundo encontronazo contra los católicos, quienes en su muralla intentaron resistir y ganaron una segunda embestida.

Después del segundo encontronazo el camión de la Policía Estatal Preventiva se alejó del lugar y pareció que dejaba a los grupos solos. El ánimo de las abortistas y diputados decayó y por unos minutos parecía que no habría más intentos.

Sin embargo, las diputadas, apoyadas por feministas, se pegaron a la pared y con empujones de uno y otro lado consiguieron entrar. Esto mermó a los católicos que cedieron un poco y los diputados expectantes también se animaron a ingresar.

Para las 11:30 am un grupo de 32 diputados ya estaba dentro del salón de plenos y la sesión ordinaria inició. Había quórum y solo cabía esperar a llegar al punto del orden del día. Sin querer, el tema del aborto unió a los diputados, que se fragmentaron en dos bloques: a favor o en contra.

Para el mediodía se votó la modificación al Código Penal de Puebla y con esto se despenalizó el aborto. Afuera las feministas celebraron y los antiaborto rezaron para después retirarse, desanimados. Así, el edificio del Congreso de Puebla se despidió de manera memorable. Su última sesión ordinaria en esta ubicación fue verdaderamente la casa del pueblo, las expresiones se vivieron plenamente y aunque en el pleno no hubo debate o confrontación de ideas de parte de los diputados, la rebatinga se vivió en la 3 y 5 Poniente. (MCJ)https://www.e-consulta.com/nota/2024-07-15/sociedad/cronica-el-dia-que-el-aborto-casi-no-se-despenaliza-en-puebla

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