Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

¿LA CULPA?… DEL RAYO
Últimamente, no sé qué pasa, pero todos nuestros mecánicos de mantenimiento nos dan la misma respuesta… ¿Se rompe el ascensor? «Esto ha debido ser un rayo»; ¿no funciona bien el telefonillo? «La culpa ha tenido que ser de un rayo».

A mí me entra la risa, porque ya conocemos lo que supone cuando cae un rayo. Si en vez de atravesar el pararrayos, pasa por la corriente eléctrica, lo más probable es que se hubieran roto algunos aparatos más, se hubieran saltado las tapas de la luz y un largo etcétera de cosas que después nos vamos encontrando estropeadas.

Pero, pensándolo bien, creo que, en realidad, esta respuesta tendríamos que aplicárnosla alguna vez. Cuando nos sucede algo que nos descoloca, podemos tener tres reacciones diferentes. La más adecuada sería sencillamente aprender y poner soluciones mirando hacia adelante. Pero normalmente nos decantamos por una de las dos siguientes: sentirnos culpables o buscar el culpable fuera de nosotros.

Desde que entré en el monasterio, me hicieron mucho hincapié en que la palabra «culpa» debía desaparecer de mi lenguaje, porque no soluciona nada. En todo caso, es mejor hablar de «responsabilidad», porque te hace tomar las riendas del problema y, de esta manera, puedes acometerlo aportando soluciones.

Cristo clavó en la cruz toda la culpa. El acusador ha sido echado afuera, porque fue vencido en la muerte y resurrección del Señor. Y si el Señor nos ha salvado, ¿quién nos condenará? (Rm 8, 34).

Es Él quien nos ha hecho libres para que no tengamos que quedarnos bajo el peso de la culpa, sino que nos ha liberado para que, por Su Gracia, podamos levantarnos, escoger el bien y tomar la responsabilidad en nuestras manos. Así se lo mostró a Pedro, que, después de haberle negado, Él no le reprochó nada; todo lo contrario, le miró y le preguntó hasta tres veces si le amaba. ¡Qué diferente!

Hoy, el reto del amor es desterrar la culpabilidad de nuestras vidas. Para ser libres, Cristo nos ha liberado (Gal 5, 1). Él te ama así, como eres, como estás. Su Amor será tu fortaleza.

VIVE DE CRISTO

https://www.dominicaslerma.es/vivedecristo/retodelamor/4881-hoy-el-reto-del-amor-es-desterrar-la-culpabilidad-de-nuestras-vidas.html

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