Cada 4 de julio la Iglesia Católica recuerda al Beato Pier Giorgio Frassati, un joven deportista que promovía la fe católica en diversos ámbitos como la política, y que en una carta enviada a un amigo explicó lo que es o significa vivir como católico.
Pier Giorgio nació en Turín (Italia) en 1901. Desde pequeño desarrolló un profundo amor a Cristo Eucaristía y a la Virgen. En su juventud se entregó de lleno a servir a los más pobres y buscó evangelizar en la política. Escalaba montañas y llevaba a sus amigos a Misa.
Tras terminar la universidad, enfermó de poliomielitis y murió el 4 de julio de 1925 con sólo 24 años.
El 27 de febrero de aquel año, meses antes de morir, escribió una carta a uno de sus amigos, Isidoro Bonini. En la misiva indica que cada día comprendía más “la gracia de ser católico”.
En este sentido, el beato señala como “pobres desgraciados [sin la gracia]” a los que no tienen fe, porque “vivir sin Fe, sin un patrimonio que defender, sin sostener la Verdad en una lucha continua no es vivir sino ‘vivir por vivir’”.
“No hay que ‘vivir por vivir’ sino vivir porque incluso a través de cada desilusión debemos recordar que somos los únicos que poseemos la Verdad, tenemos una Fe que sostener, una Esperanza que alcanzar, nuestra Patria”, enfatiza.
En esta línea, el beato habla de los inevitables dolores humanos que, si son vistos desde la fe, “no son nocivos sino saludables porque purifican el Alma de las pequeñas pero inevitables manchas con las que muchas veces nos manchamos los hombres debido a nuestra mala naturaleza”.
Finalmente, Pier Giorgio anima a levantar los corazones y siempre avanzar “por el triunfo del reino de Cristo en la sociedad”.