Ramón Pretelin Escalera

Amado Dios, empiezo esta oración dándote gracias por la dicha de un bello despertar y por regalarme un día más de vida. Hoy te ofrezco mi alma, mi corazón y todo mi ser. También te ofrezco en este nuevo día todas mis emociones, mis actitudes, mis palabras y mis pensamientos. Por favor tómame en tus brazos y enséñame a ser una persona merecedora de tu amor y de tu bondad.
Dios y Señor de todo este mundo transitorio,
escucha las voces de tus hijos, que con humildad claman.
El mar de Galilea obedeció tu mandato y las aguas quedaron tranquilas.
Tú eres aún el Señor de mar y tierra.
Vivimos bajo la sombra de un peligro sobre el cual no tenemos control;
El Golfo, como un gigante incitado y enojado,
puede despertar de su aparente letargo,
desmedir sus límites convencionales, invadir nuestra tierra
y extender el caos y los desastres.
Durante esta temporada de huracanes acudimos a ti, Padre misericordioso.
Sálvanos de tragedias similares a las pasadas, cuyas memorias están aún a flor de piel
y cuyas heridas se niegan a sanar con el transcurso del tiempo.
Oh, Virgen, Estrella del Mar, nuestra Madre amada,
te pedimos que intercedas con tu Hijo en favor nuestro,
para que, libres de las calamidades comunes en esta región
y animados con un verdadero espíritu de gratitud,
sigamos los pasos de tu divino Hijo.
hasta llegar a la Jerusalén celestial,
donde nos espera una eternidad libre de tempestad.

Señor, te suplico que seas Tú colmando mi hogar con amor y prosperidad, a mi familia con armonía y comprensión y que todo mi ser se llene de misericordia generosidad y bondad, para así poder ser un humilde instrumento de tu obra.

Y si por algún motivo el cielo llegase a nublarse y se presentasen dificultades en mi vida, por favor permíteme recordar que las pruebas son el origen de los más grandes milagros. Amado Dios, Te suplico que me mantengas firme en la incertidumbre y que me hagas fuerte en mi fe, pues las hermosas cosechas son para aquellos que tienen el valor de sembrar sus campos con gozo y esperanza.

Señor, en tus manos dejo cada una de mis obras del día de hoy, te suplico que guíes todas mis acciones y me ayudes a alcanzar mis propósitos, que alejes al enemigo mal intencionado de mi vida y que me permitas avanzar por caminos de plenitud, felicidad y bendición. Amén.

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