Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

DESCANSA EN ÉL

Estos días de tormenta, un ligero dolor de cabeza me ha acompañado y no podía hacer nada en la oración. Sentía la impotencia de no poder leer o escribir, que tanto me ayuda.

Hay momentos en los que, por distintos motivos, el Señor no permite que nada de lo que podemos hacer funcione. Estamos acostumbrados a hacer y se nos hace difícil. ¿No poder hacer nada?

Por las referencias humanas, estamos acostumbrados a tener que “alcanzar” el amor o dar la talla constantemente. Cristo es el que se te da a ti y hace todo para alcanzarte; cuanto más vacío te sientas, más espacio tendrá Él para actuar.

Es momento de experimentar que es Cristo el que se te da y tú solo tienes que acogerle.
Se te da según lo que necesitas en cada momento, solo necesita que te pongas en Su presencia, que le abras el corazón para que pueda entrar y actuar en aquello que necesitas. Quizás esperas grandes pensamientos y sentimientos y, sin embargo, Él te está regalando la paz y la aceptación con la que estás viviendo.

No temas no tener las riendas. Deja que Él pueda cogerlas, tú solo siéntate con Él con las manos vacías, con tu cansancio, tu enfermedad o… la falta de ganas. Descansa en Él, es tu lugar seguro; donde puedes estar como realmente estás y ser quien realmente eres, porque te ama como eres y cómo estás.

En la bibliografía del Santo Cura de Ars se nos relata una anécdota que siempre me ha servido de mucho en ratos de oración: “Un anciano permanecía largo tiempo en el primer banco de la iglesia. Delante de él, el sagrario., iluminado por lamparilla de aceite y adornado con un ramo de flores silvestres. Juan María Vianney, el sacerdote santo, le pregunta en una ocasión:

– ¿Qué haces tanto rato quieto en la iglesia, junto al sagrario? El anciano responde:

– Yo le miro y El me mira”.

Hoy el reto del amor es que vayas a descansar en Él. Acércate a una iglesia, siéntate delante del Sagrario o en tu habitación y descansa de todo con Él, pon las riendas en Sus manos.

VIVE DE CRISTO

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