“Que brille su luz ante los hombres: discípulos fieles y creativos en un mundo herido”, fue el tema del Capítulo general de la Sociedad del Verbo Divino (conocidos como Verbitas), a cuyos participantes el Santo Padre Francisco recibió esta mañana en audiencia. En su discurso, la exhortación a los religiosos a reflexionar “sobre cómo compartir hoy la alegría del Evangelio”, a escuchar la necesidad de paz de la gente, y a respetar “cada cultura y cada pueblo”
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
Su vocación misionera nace de la familiaridad con la Palabra de Dios, que “genera, da vida, inspira, motiva”, es la fuente de la que beber para ser “discípulos fieles” y “misioneros creativos”. Lo afirmó el Papa Francisco al dirigirse a los Verbitas en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, refiriéndose al “sugestivo” tema de su Capítulo general. Fidelidad y creatividad fueron las palabras que el Papa subrayó como necesarias para llevar el Evangelio a todos los pueblos en un mundo herido por los conflictos y la violencia, del mismo modo que es necesario practicar una sinodalidad “en la que todos se sientan escuchados y acogidos”.
Compartir la alegría de ser amados
“Al discípulo fiel – dijo el Papa – se le ve por la alegría del Evangelio que se transparenta en su rostro, en su estilo de vida, con el que transmite a los demás el Amor que primero recibió y recibe cada día”, así como la creatividad no es autorreferencial sino que viene del Espíritu, de hecho, el Santo Padre subrayó: “¡Es Él quien atrae los corazones, no nosotros!”.
Ustedes operan en 79 países: están allí para anunciar el Evangelio y hacer presente el Reino de Dios en el mundo. Esto – como bien saben – se hace compartiendo la alegría y no imponiendo obligaciones. Las actividades misioneras creativas nacen del amor a la Palabra de Dios; la creatividad nace de la contemplación y del discernimiento. Y aunque la acción creativa personal es buena, la acción creativa comunitaria es mejor para la unidad y la fuerza de la Iglesia.
Algunas urgencias actuales
En el mundo actual, dividido y herido, surgen algunas urgencias que Francisco les indicó. La primera es “ser constructores de paz”, escuchando el clamor de la gente.
“Llevemos la paz de Cristo a todos, especialmente a los pobres, a los migrantes, a las mujeres discriminadas, a los niños, a los excluidos. Dios escuchó el grito del pueblo esclavizado; no cerremos nuestros oídos al grito de los esclavos de hoy, y seamos creativos en la construcción de la paz”
La segunda es “dar esperanza” o, antes aún, “ser esperanza” para todos. «En vísperas del año jubilar, en un mundo herido, nuestras comunidades deben convertirse en signos de esperanza. Y esto es profecía», subrayó el Papa, y es el testimonio al que se compromete la consagración de los Verbitas allí donde viven para “suscitar una nueva cultura del amor” inspirada en la verdad traída por Cristo. «Ser esperanza profética para todas las culturas. Es un hermoso desafío!», les dijo y añadió hablando espontáneamente:
Me gusta leer en el Libro de los Hechos de los Apóstoles. ¿Qué hace el Espíritu Santo? Confusión. Hay una cosa ahí, todos hablan, todos se entienden, pero… y muchas veces, en las confusiones el Espíritu sigue adelante y lleva a la Iglesia adelante. No tengan miedo de los conflictos: ustedes, no creen conflictos pero no tengan miedo de los conflictos, no tengan miedo de la confusión de la cultura actual. El Espíritu puede entrar ahí: “ser esperanza para cada cultura”.
La misión es siempre sinodal
El Papa Francisco introdujo a continuación el tema de la sinodalidad a la que está llamada la Iglesia, que, en la escucha y en el diálogo con todos, debe discernir “en el Espíritu cuál es su misión”. Y citando su Mensaje para la Jornada Misionera Mundial 2024, precisó:
La “sinodalidad” no es una moda, “es en sí misma misionera y, viceversa, la misión es siempre sinodal”. Por tanto, los animo a promover la sinodalidad en todos los aspectos de su vida: dejen que cada comunidad crezca y disfruten de un estilo sinodal en el que todos se sientan escuchados y acogidos.
Discernimiento y valor
Predicar el Evangelio, llevar el amor de Dios, servir a los pobres, buscar la justicia y la emancipación del pueblo, es la tarea confiada a los miembros de la Sociedad del Verbo Divino, que en el 2025 celebrará su 150º aniversario. Una tarea que hay que actualizar siempre con creatividad, precisamente, en fidelidad al carisma original.
Francisco concluyó diciendo:
“San Arnoldo Janssen discernió la voluntad de Dios e hizo que la Sociedad caminara según el Espíritu: éste es el carisma de un fundador. A ustedes les toca hoy, siguiendo este carisma, con su ejemplo e intercesión, hacer discernimiento comunitario y dar pasos valientes en la humildad y en el abandono confiado en Dios”