Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
ABRIR DESDE DENTRO
Hay una puerta que da a la huerta que se puede abrir por dentro pero por fuera no. Está en un lugar en el que hay bastante corriente, por lo que es muy común que la abras para salir a hacer algo rápido y, en un instante… “pum”. Te quedas fuera sin poder entrar por ella.
Nuestro corazón es igual a esa puerta: decidimos abrirlo, cerrarlo, dejar entrar a unas personas u otras. Tiene la llave por dentro.
Las vivencias que hemos tenido nos hacen poner cerrojos para protegernos, para que no nos hagan daño; nuestra pobreza nos puede hacer cerrar por miedo a mostrarnos, o por el contrario, podemos abrir confiados sintiéndonos seguros. Siempre podemos decidir cuándo abrir o cerrar, somos dueños de nuestro corazón.
El Señor está a la puerta de tu corazón, permanece siempre: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3, 20).
Tiene todo el amor para ti y te respeta, solo necesita que Le abras, que confíes, para poder entrar y mostrarte todo Su Amor, Amor que sana, que llena tu soledad y es más fuerte que todo lo que te haya podido hacer cerrar tu puerta en tantos momentos.
Jesús quiere llenarte de la Alegría de Su Salvación. Siempre que le invitas, que le dejas entrar o tan solo asomarse… Él te hará experimentar que hace las cosas nuevas.
Deja que entre, experimenta la fuerza de Su Amor. En Él, podrás volver a abrir la puerta, no estás solo; Cristo está en ti y contigo.
Hoy el reto del amor es que Le abras la puerta. Cuelga una cruz o algo religioso en el llavero, que al verlo te haga preguntarte en qué lado de la puerta tienes al Señor y te dirijas a Él en ese momento.
VIVE DE CRISTO