El sacerdote es el que media entre Dios y la humanidad, así como Jesús lo hizo.
Por eso, celebrar a Jesús sumo y eterno sacerdote es reconocer que él es el único y eterno mediador.
El P. Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), en esta nueva entrega de Reflexiones para el Camino, ha invitado a sus colegas y hermanos sacerdotes y obispos a “tener un corazón lleno de alegría y de agradecimiento por poder contar con la persona de Jesús que ha compartido con nosotros todo, excepto el pecado”.
Por tanto, —dice el padre Brassesco— Jesús nos conoce, él se ofreció y ofreció su propia vida por nosotros. Él sigue presente con nosotros en la Eucaristía, oficiando como sacerdote eterno y nosotros quienes hemos recibido el Ministerio sacerdotal participamos de ese sacerdocio. Suscríbete a nuestro canal y activa todas las notificaciones para estar al día de lo que sucede en la Iglesia de América Latina y el Caribe. https://youtu.be/D0cEBM-K_6c