Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia. El Papa Francisco, en 2018, fijó esta memoria en el lunes siguiente a la solemnidad de Pentecostés, el día en que nace la Iglesia. Pero este título no es nuevo. Ya San Juan Pablo II, en 1980, invitó a venerar a María como Madre de la Iglesia; e incluso antes, San Pablo VI, el 21 de noviembre de 1964, al concluir la Tercera Sesión del Concilio Vaticano II, declaró a la Virgen «Madre de la Iglesia». ¿Qué significa celebrar a María, madre de la Iglesia? Es la interrogante que busca responder el padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Celam, con su reflexión. El sacerdote nos recuerda que María siempre está a nuestro lado, así como estuvo junto a Jesús, su hijo, al pie de la cruz. «No olvidemos en tiempos difíciles invocar a nuestra Madre María

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