Al final del Regina Caeli, Francisco recuerda los escenarios de guerra y menciona Ucrania, Tierra Santa y Palestina e invoca al Espíritu Santo para que porte concordia también en las familias y entre los cristianos. En su pensamiento también la visita a la ciudad de Verona y la comunidad paraguaya de Roma, que celebra a la Virgen de Caacupé.
Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano
Que el soplo del Espíritu Santo, portador de armonía, toque los lugares del mundo donde no reina la paz. Este es el deseo del Papa Francisco al final del Regina Caeli en la solemnidad de Pentecostés.
Que done a los gobernantes el valor de realizar gestos de diálogo, que conduzcan a poner fin a las guerras: las guerras, tantas, hoy; pensemos en Ucrania. Mi pensamiento va en particular a la ciudad de Jarkiv, que fue atacada hace dos días; pensemos en Tierra Santa, en Palestina, en Israel, pensemos en tantos lugares donde hay guerras: que el Espíritu conduzca a los gobernantes de las naciones y a todos nosotros a abrir puertas de paz.
Armonía en los corazones
Antes había recordado cómo el Espíritu es capaz de crear armonía «a partir de realidades diferentes, a veces conflictivas».
Hoy, fiesta de Pentecostés, pidamos al Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, que cree armonía en los corazones, armonía en las familias, armonía en la sociedad, armonía en el mundo entero; que el Espíritu haga crecer la comunión y la fraternidad entre los cristianos de las diversas Confesiones.
«Gracias al pueblo de Verona»
Recordando la visita de ayer a Verona, el Papa expresó su gratitud por la acogida y el afecto recibidos y tuvo un pensamiento especial para los presos y reclusos de la cárcel de la ciudad.
Ellos han testimoniado una vez más que detrás de los muros de la vida carcelaria palpitan vida, humanidad y esperanza. A todo el personal de la cárcel, y en particular a la directora, la Dra. Francesca Gioieni, va mi más sincero «gracias».
«Los visitaré pronto»
Por último el saludo a los peregrinos italianos y no sólo, en el pensamiento del Papa están los de Timor- Oriental. «¡Los visitaré pronto!», dice y luego recuerda a los de Letonia y Uruguay; así como a la comunidad paraguaya de Roma, que celebra a la Virgen de Caacupé, y a la misión católica portuguesa de Lucerna.